Enfervorizados académicos, periodistas y bloguers se trenzan desde hace un tiempo en un debate, sino violento (no los imagino en el programa de Mauro Viale o agarrándose a trompadas a la salida de la Biblioteca Nacional), que al menos despierta pasiones encontradas.
Wikipedia es el tema de la polémica, una enciclopedia escrita por usuarios de Internet y en permanente crecimiento y modificación. La gama de las argumentaciones que saludan o condenan la experiencia es muy amplia. Vayan algunos ejemplos:
En una punta, Timothy Garton Ash la toma como modelo de creación colectiva de conocimiento:
[El modelo de Wikipedia] se basaría en lo que James Surowiecki denomina «la sabiduría de las multitudes». Como mínimo, pondría a prueba la hipótesis -que Wikipedia parece confirmar- de que existe una comunidad de cibernautas voluntarios interesados por la precisión y la calidad del debate, capaces de distinguir entre las cosas sensatas y las tonterías
En una postura crítica, Umberto Eco rescata sus virtudes
Cuando he tenido la ocasión de consultarla sobre argumentos que conocía (para controlar una fecha o el título de un libro), la he encontrado siempre bastante bien hecha y bien informada.
Cualquiera puede corregir un artículo que considera equivocado. Hice la prueba con el artículo que me concierne: contenía un dato biográfico impreciso, lo corregí y desde entonces el artículo ya no contiene ese error.
pero también hace foco en la falta de rigurosidad
Claro que eso de estar abierta a la colaboración de cualquiera presenta sus riesgos, y ha sucedido que a algunas personas se les atribuyera cosas que no han hecho e incluso acciones reprobables. Naturalmente, protestaron y el artículo se corrigió.
Cualquiera, el día de mañana, podría intervenir otra vez sobre el artículo que corregí y atribuirme (por espíritu de burla, por maldad, por estupidez) lo contrario de lo que he dicho o hecho.
En el extremo más pesimista, Julio Orione, editor jefe del suplemento Informática del diario Clarín cree que la experiencia de Wikipedia será derrotada a la larga por la Enciclopedia Británica:
La razón para esa derrota futura es que los redactores profesionales de la Enciclopedia Británica son justamente eso: profesionales. Y que, por lo demás, escriben muy bien, a diferencia de la mayoría de los contribuyentes de la Wikipedia, que escriben bastante mal (como se lo puede comprobar fácilmente). Un dato nada menor si pensamos en aquel tan extraordinario y exigente lector de la Británica llamado Jorge Luis Borges…
Paradójicamente, la mejor página contra Wikipedia está en la misma Wikipedia, en la entrada Por qué la Wikipedia no es tan grandiosa, que también tiene su contracara, Wikipedia:Apología.
Pero rara vez, para la elaboración de estos textos se va a la fuente y se consulta a las personas directamente implicadas en el proyecto. En estos casos, quien siempre da las notas es Jimmy Wales, el fundador de Wikipedia. Por eso tiene valor esta entrevista a Angela Beesley, Elisabeth Bauer y Kizu Naoko, tres editores de las versiones en inglés, alemán y japonés.
Dirk Riehle les pregunta: «¿Qué hay del argumento de la ‘inteligencia colectiva’ o ‘sabiduría colectiva’, que dice que con muchos autores mejora la calidad de un artículo?». A lo que responden: «No, no es así. Los mejores artículos son generalmente escritos por uno o pocos autores con conocimiento del tema. En este aspecto Wikipedia no es diferente de las enciclopedias clásicas».
Otra de las ideas que desmienten es la uniformidad de criterios de las versiones: «la Wikipedia en inglés se esfuerza por ser la enciclopedia más grande del mundo; la alemana trata de ser la mejor»; «en la Wikipedia japonesa además de lectores y editores hay personas encargadas de chequear que los textos a distintos niveles: que cumplan con el Libro de Estilo y con las todas las formas de legitimidad del artículo». También varían entre versión y versión los tiempos que un artículo se debate si debe ser borrado.
Entre los desafíos futuros está aprender a lidiar mejor con los temas legales, principalemente violaciones al copyright y libelos, mantener la integridad del proyecto, estimular un mayor compromiso de los editores y construir un buen nivel de credibilidad para las Wikipedias más jóvenes.
También mejorar la promoción en el mundo offline y educar a los usuarios, tanto a los editores como a los lectores, a quienes les dan un consejo que, leido inteligentemente, resuelve el aparente debate entre los polos opuestos frente a la enciclopedia: «los lectores tienen que saber que Wikipedia no debería ser usada como única fuente».
Todo bien pero, ¿donde sino ahí voy a encontrar todos los problemas que pudo resolver McGyver?