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TP: obituario anticipado

El impacto que nos causa una muerte depende de muchos factores. El ranking lo encabeza, por supuesto, la cercanía con el difunto. La lista seguiría con «el factor sorpresa» de la muerte. Casi todas las muertes son sorpresivas, pero si la causa viene de afuera del cuerpo del que se murió (una bala, una caja fuerte que se le cae en la cabeza), sorprende más. Y en tercer lugar pondría la fama del finado, potenciada si estaba en un buen momento de su carrera.

Para los lectores del sitio Los Trabajos Prácticos, su cierre anunciado para fines de este mes, cumple con los tres factores. Los códigos comunes establecían la cercanía (aunque ni siquiera muchos de sus colaboradores se conocían entre sí) y, para cierta nanoaudiencia, su fama crecía en nombre y visitantes.

¿Y los motivos del deceso? Poco se escribió por ahora en el sitio. Dice el email de despedida:

los logs de TP crecen (cada vez más gente lee) aunque cada vez menos gente escribe. ¿Motivos? Ni la más puta idea.

A mí me recuerda al cierre de «La Urraca», la revista más opositora al gobierno de Menem. Esta publicación, editada por Cascioli y dirigida por Ricardo Parrotta, se dedicaba a poner en tapa los días que faltaban para que terminara el gobierno del Turco. No sólo se equivocó con el número (el riojano tuvo una reelección que no estaba contemplada en el conteo), sino que «La Urraca» terminó antes que la década menemista.

Kirchner lo hizo con TP. Aunque no se ventilan demasiado las internas del sitio, se deduce que el equipo se fue vaciando de oficialistas primero. Pero después los no-kirchneristas que quedaban se fueron vaciando de ideas.

Para mí hay dos textos clave en TP: Uno de Esteban Schmidt sobre Cromañon y Callejeros, que sacó al sitio de la oscuridad y otro, donde Hernán Iglesias Illa intuye el inminente final. Dice hernanii:

Lo que parece es que hemos decidido dejarle la pelota al gobierno y sus escribas, y que los que teníamos algo para decir que no sea gritar “¡inseguridad!” o hinchar las pelotas con la sumisión a Hugo Chávez hemos dulcemente aceptado la derrota discursiva: en los primeros años de la aplanadora K, los progresistas revoloteaban hacia miles de direcciones distintas, algunos enfervorizados por los ataques del gobierno contra los enemigos reales y también los imaginarios; y otros, por ejemplo en TP, nos cagábamos de risa de algunas cosas, intentando, casi siempre sin éxito, que no nos compararan con los programas mañaneros de Radio 10. Ahora, los reacomodamientos parecen haber terminado: todo el mundo parece haberle puesto al paquete K el moño que más le gusta y haberse lanzado al disfrute de su vida privada, que en el Corredor Norte es intensa, salpicada de Benjamín Nieto, con los olores a árboles y caca de las terrazas de Palermo, y trabajos medianamente creativos que se hacen menos alienantes gracias a HBO o, dos semanas por año, al Festival de Cine Independiente.

Lejos de abrir el debate, este texto lo clausuró, confirmando la exactitud del diagnóstico. Después de eso, sólo queda el silencio, sumarse al discurso oficial o comentar las series de HBO. TP desembocó en la primera opción y hoy se despide.

Para aquellos que nunca visitaron el sitio, les recomiendo: aprender (si es eso posible) de la escritura de Esteban Schmidt; escuchar los magníficos podcasts; la lección de cómo se cubren las elecciones desde un medio digital independiente y casi sin dinero; agobiarse gratamente con todo lo que escribe Quintín, pero especialmente con la serie 20 x 35, modelo para desarmar, sobre los nuevos narradores argentinos; a Tomás Abraham cuando duda, más que cuando la tiene clara; no olvidarse del Nudlergate; y, sobre todo, los textos, audios y dibujos de Huili Raffo, verdadero sostén de TP durante el tiempo que duró.

Dice Pablo Plotkin en su despedida:

Creo que hay varios puntos sobresalientes en el legado que deja TP, y uno de ellos es el ánimo constante de bajar los niveles generales de autoindulgencia. Tenemos mucha facilidad para acomodarnos en el lado aceptable, no impugnable del mundo. Este medio fue primero una masiva descarga de trompadas contra esa postura y ahora es una víctima más.

Antes de apurarnos a llenar la pala con tierra, esperemos. TP va a volver con otro nombre o atomizada, la próxima semana o en varios años. Cuando este silencio perplejo se rinda ante nuevas palabras que nos representen.

[audio:http://www.simplenet.com.ar/mp/mpaniversario/20.mp3]