Canal 13 decidió volar todos los videos de sus programas subidos por usuarios a YouTube. La movida pasó inadvertida por los medios tradicionales, pero recibió la condena unánime de sitios y blogs.
Es entendible que los usuarios estén enojados, más cuando a algunos se les cerró su cuenta o se amenazó con cerrarla. Aunque tal vez habría que ver si ahí YouTube no fue más papista que el Papa.
De lo que no estoy tan convencido es de que la movida haya sido desacertada desde la óptica de Canal 13, cosa que aseguran muchos bloguers.
Los argumentos para explicarle a Canal 13 que, como empresa, lo que hizo fue un error son:
1. Los beneficios “virales” de que, a partir de YouTube, sus programas aparezcan en todas las webs de la red.
2. VXV, el sitio de videos propio en el que Canal 13 sí permite subir sus videos, es poco visitado.
3. Canal 13 reproduce en sus programas videos de YouTube sin permiso.
El último argumento es el más poderoso: desnuda la contradicción del canal. Pero en todo caso, de lo que se lo está acusando es de jugar las reglas del juego: reproduce lo que YouTube permite que se reproduzca y resguarda el copyright de su propio material. Es tan antipático como lícito, como cuando una editorial le pide a Rapidshare que borre un libro propio y a la vez reedita libros de dominio público.
Además, contradicciones va a haber siempre en decisiones como estas. Un ejemplo: uno de los perjudicados con el «operativo» fue Juan Pablo Meneses, periodista y docente de Periodismo.net. Había subido a YouTube fragmentos de «La noche del 10» para hablar de Maradona y le borraron el video… y era para su blog de Clarín.
Con respecto a los dos primeros argumentos, intuyo que la intención del 13 es, precisamente, revertir el fracaso de VXV. Es poco visitado y sus videos son poco virales «por culpa» de YouTube. Eliminado el principal competidor y con videos que no van a poder encontrarse en otro lugar (y de los que muchos blogs dependen) es de esperarse que vaya de a poco aumentando su popularidad, siempre y cuando permitan embeber los videos en otros sitios. Recordemos que YouTube tiene apenas dos años y medio de vida y es popular en Argentina desde hace uno.
Con el contenido en sus manos (aunque lo suban los usuarios), Canal 13 puede monetizarlo. En YouTube no hay ganancia. Esto lo saben todas las cadenas de EE.UU. que difunden por la Red su programación sin costo, pero con publicidad.
Entre la simpatía y los negocios, Canal 13 eligió hacer negocios. Nada loco.