José Pablo Feinmann ya había alzado su voz hace unos meses: «Detesto el bloc, te lo digo. Estoy en contra del bloc. No hay pelotudo que no tenga un bloc y ponelo en negrita. No entro en un blog así nomás».
Ahora se suma a su queja otro Escritor Famoso, que considera a los autores de blogs «peste de occidente que corroe todo lo bueno y bello de nuestra civilización como una marejada de nauseabundo pus intelectual, vómito ensangrentado de mierda en moto salido de las mentes menos preparadas de nuestra época y habría que mandarlos a todos a un centro clandestino de detención y dejarlos ahí para que se mueran de hambre».
Feinmann, que también odia a la tv, relató su negativa experiencia con los blogs: «Saqué una nota cuando murieron Bergman y Antonioni contra Bergman y Antonioni diciendo que eran tediosos y un tipo me mandó un foro donde todo el mundo… el deporte de putearme. Tan fácil, así, el insulto, tan fácil. Y después, como le contesté al tipo, se puso en la gloria: ‘¡qué honor que me contestó!’. ¿Cómo? ¿No era que yo era un tarado, un imbécil, un pelotudo?».
Al P. le pasó algo parecido:
¿Y cómo fue que descubrió ese mundo tan bajo y sórdido de los “blogs”?
P: Fue por completa casualidad, imaginate que a un hombre de mi trayectoria esos sucedáneos de las revistas pseudoliterarias para adolescentes con problemas de aprendizaje mucho interés, más que el antropológico, no le pueden despertar. Pero en cambio sí creo que hoy por hoy internet es una herramienta fundamental, y justamente estaba buscando en internet una cosa, no importa qué cosa, una cosa personal, algo de trabajo, no me acuerdo bien de qué era y aparte no importa, es completamente anecdótico lo que buscaba, a esta altura ya es secundario, cuando caigo accidentalmente en uno de estos “blogs”.
El “Blog de una colegiala con bragas sucias”.
P: Sí, ese. Caigo ahí, completamente de casualidad. Entonces me pongo a leer el “blog” -porque mencionaba un par de cosas que me parecían interesantes para la investigación que estoy haciendo- y pronto me doy cuenta que el texto nada que ver con el título, ni con las fotos. Eran como unas poesías de amor, en fin, nada que ver. Así que cuando vi que existía la posibilidad de dejar comentarios decidí hacerles una crítica constructiva y les aconsejé que no anden haciéndole perder el tiempo a la gente con falsas ilusiones.
¿Tuvo alguna repercusión su comentario?
P: Y, sí, imaginate que llega alguien de mi nivel, de mi trayectoria, para estos pibes que hacen “blogs” es casi como si los visitara Dios. Y hay mucho iconoclasta dando vueltas. Mucho pibe que para autoafirmar su personalidad necesita derribar un ídolo. Así que me empezaron a poner una serie de cosas feas. A mí. Un autor consagrado.
¡Qué espanto, Maestro! No diga más.
P: Y, no, prefiero no repetirlas, no vale la pena.
¿Qué tipo de cosas, Maestro?
P: Cosas, cosas feas. Me parece que no vale la pena y además es de público conocimiento.
Bueno, eso es cierto, acá tengo una impresión con los comentarios del “blog”, que a partir de sus declaraciones empezó a recibir 4.567.000 visitas diarias. Acá está todo.
P: Por eso, por eso. No le hagamos publicidad gratis a estos delincuentes.
Por ejemplo, “Viejo jeropa, qué te pasa, ya no te podés levantar pibas de la facultad que…”
P: (Se pone colorado) Por favor, por favor. Me parece que esos epítetos ya se han repetido y republicado infinidad de veces en los medios de comunicación, inclusive en diversos programas de televisión. En horario central.
Lean el resto de la entrevista-denuncia acá.