Así como acerté muchos de los invitados de este año de «La Cornisa», aseguré que «El Capo» no iba a poder competir contra «Showmatch», auguré «Gran Hermano Famosos» y me acerqué bastante al ganador de «Gran Hermano 3» (¡Villarroel, contratame!), también debo reconocer mis equivocaciones.
A comienzos de este año, en el post «No fumadores, apoyemos a los fumadores» decía:
Los no fumadores militantes todavía no pueden creer la conquista de lugares públicos libres de humo. Pero a no festejar. La alegría tiene fecha de vencimiento: alrededor del 21 de marzo.
La ley se cumple porque tuvo un atajo en el que las tres partes involucradas (fumadores, no fumadores y dueños de restaurantes) quedan conformes, que son las mesas en la vereda. Ideales para fumarse un faso mirando la gente pasar en estos días de calorcito (la ley empezó el 10 de octubre), pero poco seductoras con temperaturas por debajo de los once grados.
Cuando los fumadores, decidan que el café que se iban a tomar para entrar en calor tienen que hacerlo en la helada vereda (ya que, como se dijo, no van a dejar de fumar) y los bares comiencen a poner menos billetes en la caja registradora, comenzaremos a ver nuevamente el humo puertas adentro.
Ahora, con temperaturas bajo cero, hay que admitir que la ley no solo no se derogó, sino que los fumadores permanecen impertérritos en la vereda tomando sus cortaditos con un cigarrillo entre sus dedos, con la mirada perdida, como quien espera con serenidad la llegada de la gripe.
Conclusión: podré opinar sobre televisión con criterio, pero nunca entenderé a los fumadores…
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