Hace un tiempo había leído que los productores de Gran Hermano preparaban una biblioteca para la casa, armada a partir de sugerencias de famosos.Me daba mucha curiosidad conocer los famosos que iban a hacer la selección y los títulos elegidos. El sábado se develó la incógnita:
Susana Giménez: «Inés del Alma Mía», de Isabel Allende
Jorge Telerman: «Nunca Me Abandones», de Kazuo Ishiguro
China Zorrilla: «Cien Años de Soledad», de Gabriel García Márquez
Soledad Silveyra: «El Mundo de Sofía», de Jostein Gaarder
Enrique Pinti: «Don Quijote de la Mancha», de Miguel de Cervantes
Roberto Fontanarrosa: «La Conjura de los Necios», de John T. Kennedy
Félix Luna: «Soy Roca», de Félix Luna
Eliseo Verón: «La Torre Oscura VII», de Stephen King
Pacho O’Donell: «La Biblia»
Vicente Battista: «La Isla del Tesoro», de Robert L. Stevenson
Daniel Gómez Rinaldi: «Escrito en las Estrellas», de Sidney Sheldon
Laura Ubfal: «La Insoportable Levedad del Ser», de Milan Kundera
Marisa Brel: «Resultados Extraordinarios», del Lic. Bernardo Stamateas
Narda Lepes: «Doña Lola», de Lola P. de Pietranera
Marita Otero: «La Divina Comedia», de Dante Alighieri
Abelardo Castillo: «El Lobo Estepario», de Hermann Hesse
Silvia Iparraguirre: «El Juguete Rabioso», de Roberto Arlt
El hallazgo merece varias observaciones. La primera, enterarse de que algunos de la lista de famosos saben leer. La segunda, comprobar lo elástica que es la palabra «famoso». La tercera, si en Telefé quieren hacerse los ilustrados, al menos pongan bien el nombre de los libros y los autores en la gacetilla (es John Kennedy Toole). La cuarta, la marcada preferencia por la ficción (solo dos libros claramente de no ficción). La quinta, la megalomanía de Felix Luna, que entre todos los libros del Universo solo pudo sugerir uno de su autoría. Y por último, lo poco criteriosos que son algunos famosos con sus elecciones: nadie recomendó, como propuso Editado, «1984» de Orwell, la elección cantada. Ni «Relato de un náufrago» o «Robinson Crusoe», libros apropiados y livianos. Facho O’Donnel les descerrajó «La Biblia» y Marita Otero les propuso «La Divina Comedia» a los descerebraditos.
Griselda: ¿Vamos a la pileta?
Damián: ¡Esperá, esperá, que quiero terminar de leer «Soy Roca»!
¡Un poco de cordura por favor!