En su edición dominical el diario Perfil publicó una nota sobre la «avanzada mediática kirchnerista», según palabras de su autor. La complementa una infografía con la composición de los grupos que integran los medios de comunicación oficialistas:
¿Y este era el «gran multimedios K»? ¿Radio Amadeus?¿Bacanal?¿7 Días?¿Con eso van a influir en la opinión pública? Del listado, el único medio verdaderamente influyente es Radio 10. El resto es un chiste.
Este conglomerado K no es muy diferente de los medios adictos que tuvieron los gobiernos anteriores. Si hasta Alfonsín tuvo un par de radios estatales más que los Kirchner y todos los canales de tv abierta durante buena parte de su gobierno…
El gráfico tiene varias omisiones en el inventario de Hadad: la revista TKM, el portal de deportes Es para vos, Infobae Profesional y el blog del propio Hadad (politicamente más relevante que, por ejemplo, la revista Tendencia).
Pero aparte se omitieron medios filooficialistas como los diarios Página/12, Crónica o Ámbito Financiero, cualquiera con más peso en el votante que todo el llamado «Grupo Ulloa» y el «Grupo Cetrá» sumados. Y también se ignoró al insignificante La Prensa.
Dice la nota:
Las elecciones desvelan al oficialismo. En octubre pondrán en juego parte de su capital político con miras a la renovación presidencial de 2011. Entonces, controlar las “letras de molde” –así alude Cristina Fernández a los titulares críticos de algunos diarios– se vuelve casi una necesidad, además de un negocio, para los “popes” K.
Sobre todo, en un año en el que asoma otra vez el conflicto con el campo, la crisis económica impacta en Argentina, la tensión por el corte en Gualeguaychú aumenta y el estilo confrontativo de gestión desgasta a Cristina y a Néstor.
El error es confundir a este grupo de radios, diarios, canales y sitios web creados o comprados como depósito de publicidad oficial con medios con verdadero poder de persuasión electoral. Nada pueden hacer todos ellos juntos contra una tapa de Clarín.