Internet demostró que el under puede ser mainstream y mantener su pureza. Microgrupos de cientos de miles de personas pueden reenviarse un email sin que pierda su carácter de objeto de culto.
Pero que algo atraiga a cientos de miles (y hasta millones) atrae también al gran capital. Fenómenos culturales que empiezan de la nada y terminan cooptados por las corporaciones. ¿El resultado? «instantáneamente se transforman en algo menos cool», afirma Peter Hartlaub queriéndose anticipar al futuro de YouTube, ahora que Google lo adquirió por 1.600 millones de dólares. Y da como antecedentes para su pronóstico a Napster y a MySpace.
Aunque Hartlaub no lo mencione en su nota, ninguno de estos fenómenos (y tampoco Google) se preocupó seriamente por la rentabilidad en una primera fase, sino en fidelizar usuarios. Cuando pasan a formar parte de grandes grupos económicos (con accionistas atrás) las ganancias son prioridad.
El periodista del San Francisco Chronicle nos pide que imaginemos una fiesta adolescente interrumpida por la llegada de los padres a la casa: ya nada será como antes.
Y lo prueba con «Snakes on a Plane», una película que se transformó en fenómeno viral en EE.UU. y provocó que, luego de ser rechazada por todos los estudios, fuera distribuida comercialmente en cines por New Line Cinema con una gran promoción. Y fracasó. La explicación de Hartlaub: «Imagínense a sus padres escuchando ‘Master of Puppets’ en 1986. ¿Ustedes hubieran ido después de eso a ver otro recital de Metallica?».
En la otra vereda, el blog Google Operating System opina que si algo demostró Google con los años es inteligencia para aprovechar estos fenómenos, y que probablemente seguirá el modelo de Yahoo! cuando compró Flickr y del.icio.us: mantenerlos como estaban antes de la compra.
¿Quién acertará? Las primeras noticias parecen darla la razón a Hartlaub. Aquí, un grupo de usuarios le piden a YouTube que no olvide sus raíces. Hace diez días se anunció que el gabinete jurídico de Google analiza las demandas contra YouTube por publicar contenidos protegidos con copyright (y los demandantes prometieron que redoblarán sus esfuerzos ahora que saben que la compañía cuenta con US$ 1,6 mil millones). Y hoy la BBC reveló que se eliminarán 30.000 videos del sitio.
Este video también vislumbra un negro porvenir para el nuevo YouTube:
Lo curioso, al menos para una lógica corporativa, es que fue publicado en YouTube.
Es claro que en el futuro veremos menos violaciones de copyright por allí, pero lo que definirá si Google supo mantener la «masividad under» de YouTube es la decisión sobre la moderación de los videos, es decir, si deben ser aprobados manualmente antes de ser publicados. Si esto se hace efectivo (como pasó con Google Video, el fracasado YouTube de Google) ya habrá otro sitio de publicación de videos listo para arrebatarle el sitial de líder. A nadie le gusta que mamá y papá revisen sus cosas.