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Los presento

Si Pi incluye todos los números de teléfono del mundo, seguramente en la web se esconden muchas de las personas que tuvieron o tendrán algo que ver con nuestras vidas: nuestra profesora de inglés del secundario da clases a distancia, nuestro jefe participa en un foro de golf, nuestro amigo de la infancia puso las fotos de sus hijos online (¡qué pelado que está!), nuestro amor futuro escribe un blog.

El amor está un click de distancia, pero ese click es una llave que no tenemos cuando Google, que indexa apenas un 30% de la web, incluye en su índice más de 25.270 millones de páginas. Envejeceríamos en la empresa de hallar a la persona de nuestros sueños con este sistema.

Los métodos centrípetos para encontrar el amor son cada vez más populares. Concentran a miles de personas que completan sus perfiles en sitios como éste. Los perfiles casi nunca son reales y no solamente porque los usuarios mientan, sino porque son ellos los que opinan sobre ellos mismos. El otro problema es que no hay un único centro: tal vez nuestra media naranja haya completado su falso perfil en otra empresa del ramo diferente de la que nos registramos nosotros.

Otro método es el que propone SocialGrid: transformar a los buscadores en un servicio de citas, pero de un modo más prolijo que la búsqueda al azar. El truco funciona si los candidatos a ser encontrados insertan en sus sitios personales un código especial que los identifica con determinadas características. Luego otra gente usará Google para localizarlos. Por ejemplo, éste es el resultado de las mujeres que buscan hombres que sepan el lenguaje de señas.

Y no son los únicos sistemas posibles. Por ejemplo, revisando cientos de blogs pude encontrar un posible «matchmaking». Aunque sus dueños seguramente no se conozcan entre sí, tienen mucho en común.

Ella se hace llamar Hortensia Kauri, es soltera y tiene «treintipico», vive en Buenos Aires, es periodista y estudió Ciencias de la Comunicación. No le faltan pretendientes, pero por ahora no apareció su hombre ideal.

Él se hace llamar Mundo del Cinismo, es soltero y se acerca a los treinta, vive en Buenos Aires, es periodista y estudió Ciencias de la Comunicación. No le faltan pretendientes, pero por ahora no apareció su mujer ideal.

Una diferencia, a lo mejor más definitoria que las coincidencias anteriores: a ella le gustó Match Point, él la odió.

Pero más allá de que sus autores tengan una cita (y después podamos leer online la versión de cada uno), recomiendo que si están hartos de leer blogs con la noticia del lanzamiento de Google Calendar, se hagan una pasada por estos diarios de vida y, en una de esas, se enamoren.

 

[audio:http://www.simplenet.com.ar/mp/mpaniversario/05.mp3]