El excelente rating de «La risa es bella», el programa de Freddy Villarreal que empezó este sábado, es un indicador de la necesidad que tenía la tele de un programa de humor. La generación X que ahora dirige los canales supo popularizar dos tipos de programas para hacer reír, con el común denominador del periodismo de actualidad: los ciclos que recopilan requechos televisivos, como RSM y TVR, y los de los noteros superados, como CQC o Argentinos por su nombre, en cuya última emisión, para conmemorar el 25 de mayo, el vivo de Andy Kustnezoff entrevistó a Felipe Pigna para preguntarle qué proceres «se la comían» (sic) y si es verdad que Sarmiento tenía una erección permanente. Ambos modelos de programas graciosos parecen agotados o prontos a agotarse.
Por eso, una vuelta al ciclo de humor «de ficción» podía ser un buen augurio. Pero la risa no siempre es bella. Freddy, que arrancó tocando porteros eléctricos en «La tv ataca» de Mario Pergolini, no tiene el carisma de un Porcel o un Olmedo, pero tampoco se apoya en un elenco desaprovechado: Iván Romanelli y Sebastián Almada sumarían mucho si pudieran lucirse más. Hay sketches como el de la escalera que ya eran viejos cuando los hacían en «La Tuerca» y chistes como el del celular en el ataúd que engalana cada tanto las páginas de «Condorito». La imitación de Chiche está buena, aunque divertía más en «No hay 2 sin 3». Un acierto de producción, originalidad y gracia fue mostrar «el otro lado» de «Los videos más sorprendentes del mundo». Ojalá explotaran más esa veta.
Por ahora en «La risa es bella» no necesitaron de chicas en bolas o puteadas para hacer reír, lo que da la idea de que no están buscando la vía fácil. Bien les vendría repasar este listado de los, para mi gusto, diez mejores programas de sketches que dio la tv Argentina para tomar lo mejor de cada uno:
10- Juana y sus hermanas
El programa de Juana Molina venció varios mitos: que una mujer no puede encabezar un programa de humor (compartido con Gabriela Acher), que un programa de humor absurdo no tiene rating, que un programa con humor transgresor no puede usar muletillas y personajes pegadizos y que no se pueden combinar distintos tipos de humor en un mismo programa.
9- Videomatch
Me refiero a la mejor época en Telefé, donde era una serie de sketches hilvanados desde el escritorio por Marcelo Tinelli. Un verdadero seleccionado de humoristas con opciones para todos los gustos: desde «Los Raporteros» hasta las sátiras de Pachu y Pablo.
8- Todo por 2 pesos
La mejor época de Alberti y Capusotto fue el primer año en Canal 7, cuando no eran tan conscientes del fenómeno. Tomaron una idea y la llevaron a fondo, atravesando cada minuto del ciclo. Contra lo que asegura el título, debe haber sido uno de los programas con más producción de la tv.
7- No toca botón
El que no se rió nunca con este programa, miente. Con los peores vicios de los programas de sketches, Alberto Olmedo y Javier Portales hicieron que valiera la pena verlo. ¿O ustedes no escucharían a Miles Davis tocando cumbia villera?
6- Fuera de broma
Una joya oculta. El programa conducido por Carlos Pugliese en ATC trató de ser la versión local de «El Show de Benny Hill» y muchas veces estuvo cerca. Como nadie parece recordarlo, linkeo aquí a algunos videos.
5- Viendo a Biondi
El único programa de los ’60 que sobrevive dignamente en nuestros días. Y el único que tuvo un clon exacto de sus guiones a fines de los ’70, «El increíble Tony», encabezado por Osvaldo Pacheco.
4- Tato Bores
De elegirse un ciclo de los de Tato Bores, para mi gusto sería cualquiera de la época con guiones de Mesa y Camarotta, con el monólogo nacional y el internacional.
3- Cha cha cha
En el podio de lo mejor. Un buen elenco que brilló mientras Casero no pasó a primer plano. El todo fue más que la suma de las partes. Inolvidables las parodias de películas.
2- Comicolor
El segundo mejor programa argentino es uruguayo. Cualquiera de los ciclos de Espalter, Almada, D’angelo y compañía merece destacarse (tal vez excluiría a Hiperhumor), pero este, con «El Hombre del doblaje» y «Veladas paquetas» me resulta el más entrañable. Como con Cha cha cha y Tato, un valor agregado era la lograda conjunción de música y humor.
1- El mundo de Antonio Gasalla
Excelente elenco, excelentes ideas, excelentes libros y el mejor Gasalla que se vio en la tele hicieron de este programa una fórmula explosiva que todavía no pudo igualarse.