El día de las elecciones Pablo Marchetti le explicaba a un periodista de Perfil que estaba en el búnker del FAP, no por ser novio de Victoria Donda, sino porque estaba haciendo una cobertura periodística. Se desconoce adónde salió esa cobertura, ya que Barcelona, revista que dirige, no hace ese tipo de periodismo. La actitud puede entenderse en alguien más interesado en que se lo valore por sus ideas que por su vida privada.
La revista Mú es la versión impresa del portal La Vaca, un histórico medio alternativo fundado por Claudia Acuña, Judith Gociol, Diego Rosemberg y Patricia Rojas. Antes de la oleada antiperiodística post-678, en La Vaca se propuso y se practicó el buen periodismo con una agenda y un modo de producción diferente al de los medios tradicionales. En La Vaca Pablo Marchetti salió del closet político con una crónica sobre el fenómeno que rodeó la muerte de Néstor Kirchner. Y ahora vuelve a elegir ese medio para hacer público lo que le ocultaba un mes atrás al periodista de Perfil:
Una diputada cuyo slogan de campaña fue “vamos a portarnos mal” y un periodista que se burla de los clichés del periodismo posan juntos en una tapa al estilo de las revistas más mainstream. Una revista como Mú, que se destacó por hablar de las fábricas recuperadas, denunciar la minería a cielo abierto y proponer nuevas miradas sobre la profesión, presenta una nota de tapa con las peores mañas sensacionalistas: sexo, drogas, política, romance, intriga.
Claro, también hay otra lectura: la irónica, es todo una gran burla. Pero, a diferencia de Barcelona, Mú no se caracteriza por este tipo de tratamiento, ni la tapa da las suficientes señales para interpretarla así. Si querían hacer eso, les salió mal. Y la mejor prueba es la tapa de Libre de hoy:
la supuesta tapa transgresora desnudada: un simple gesto frívolo de una pareja conocida enamorada, que en nada se diferencia de cualquier ejemplar de la revista Caras. Tal vez este número llegue a más gente, pero en adelante para Mú será más difícil hablar del asesinato de Adams Ledezma o para Barcelona burlarse de los que ponen culos en tapa para vender.