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Everybody hates juan

Cada tanto, entre el costumbrismo y la telenovela, la tv argentina cuela una ficción diferente. «Señoras y señores», «Okupas», «Poliladron», «Resistiré», son algunos ejemplos de programas que cambiaron el modo de contar historias en la televisión. No siempre triunfan en audiencia, pero logran imponer su paradigma narrativo a los programas que los suceden. De ese grupo, las comedias escasean. La opción para hacer reír parece estar en los programas de sketches o en las sitcoms adaptadas. «Los Simuladores» es la excepción, pero solo pudo ser emulado por el mismo Szifrón.

Hace dos años «Soy tu fan» aspiró al lugar de comedia de culto, pero terminó decepcionando. Ahora, en la misma línea empezó «Todos contra juan», el unitario donde Gastón Pauls hace de Juan Perugia, un actor caído en desgracia que quiere volver al ruedo.

Contra las propuestas de Szifrón -que le gustan tanto al nene como al abuelito- y a la par que «Soy tu fan», se cuenta una historia generacional: difícil que alguien de menos de 25 y de más de 45 se enganche con la idea si no consumió «Montaña Rusa», «Clave de sol» o «Pelito». Un televidente de otra edad se queda afuera de muchos de los guiños.

Pero, a diferencia de «Soy tu fan», protagonizada por Dolores Fonzi, la historia de Juan se ve más profesional, con lo bueno y malo que eso implica. «Soy tu fan» era volátil, errática, femenina. «Todos contra juan» es concreto, estructurado, masculino. La risa del espectador en «Soy tu fan» era accidental. En «Todos contra juan» se construye una estructura, como en las sitcoms, para que nos cause gracia que el protagonista le dé un billete de diez pesos a un viejito en un bar.

Las actuaciones son lo más desparejo: Pauls está muy bien y el que hace de Ulises, el novio ecologista de la amiga, nefasto (¿cómo consigue laburo este chico? también nos tortura en Sony).

Con parentescos con «Extras», de Ricky Gervais (el representante, la muletilla, los cameos, el mundo de la actuación), «The Office» y «Reno 911» (el falso documental), «Seinfeld» (los amigos en el bar, los diálogos tipo stand up) y «Curb your enthusiasm» (la vergüenza ajena frente al protagonista), «Todos contra juan» trata de fundar con armas propias la sitcom nacional, un experimento que hasta ahora nadie consiguió. Si no lo logra, al menos habremos pasado 13 horas divertidas.