Pekerman anunció el equipo y Quilmes estrenó su publicidad: empezó el Mundial.Y mientras medios y anunciantes corren tras la pelota, nuevamente las minorías quedan abandonadas. Muchas editoriales han amasado fortunas prestándole atención a aquellos a quienes nadie tiene en cuenta. Pero aquí los argentinos a los que el Mundial no les va ni les viene no tienen ningún medio que los represente.
Piénsese que se trata de un sector dispuesto a encerrarse en un teatro o a viajar con tal de no tener que escuchar los cánticos enfervorizados de los hinchas, es decir que también están garantizados los anunciantes. Y contra lo que se piensa, no son pocos los lectores potenciales.
Para ellos, y luego del éxito «Ratones de biblioteca» (varios visitantes me preguntaron si la revista existía de verdad), le regalo al mercado editorial argentino una nueva idea: Sebreli, la revista de los que no nos interesa el Mundial: