Y no solamente en textos periodísticos, sino también en publicidades y ficciones. Es el queísmo. Ante el temor a usar incorrectamente la combinación de que (dequeísmo), casi todos suprimen la preposición de.
Autoevalúense ¿qué frases están bien y cuáles están mal?:
Las autoridades afirmaron que los ataques terroristas de la India estaban muy bien coordinados.
La gente se olvidó que todos los expertos vaticinaron una muerte en Londres para Augusto Pinochet.
Los ministros convencieron a los senadores del PJ que apoyen los superpoderes.
López Obrador está seguro que hubo fraude.
No cabe duda que Moro era un gran baterista.
La única frase que está bien es la primera, en las otras hay que anteponer la preposición de.
¿Cómo saber cuándo va que y cuando va de que? La Real Academia Española da una regla fácil:
Un procedimiento que puede servir en muchos de estos casos para determinar si debe emplearse la secuencia de «preposición + que», o simplemente que, consiste en transformar el enunciado dudoso en interrogativo. Si la pregunta debe ir encabezada por la preposición, esta ha de mantenerse en la modalidad enunciativa. Si la pregunta no lleva preposición, tampoco ha de usarse esta en la modalidad enunciativa: ¿De qué se preocupa? (Se preocupa de que…); ¿Qué le preocupa? (Le preocupa que…); ¿De qué está seguro? (Está seguro de que…); ¿Qué opina? (Opina que…); ¿En qué insistió el instructor? (Insistió en que…); ¿Qué dudó o de qué dudó el testigo? (Dudó que… o dudó de que…); ¿Qué informó [Am.] o de qué informó [Esp.] el comité? (Informó que… o informó de que…).
Así, las frases del juego, convertidas en preguntas nos habrían dado la pauta de cómo se escribía cada una:
¿Qué afirmaron las autoridades?
¿De qué se olvidó la gente?
¿De qué convencieron los ministros a los senadores?
¿De qué está seguro Lopez Obrador?
¿De qué no cabe duda?
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