A Susana Giménez no le gustaron las fotos suyas que aparecieron en la revista Caras y pidió una cabeza. Parece que rodaron por el cadalso las de los responsables de la agencia que retoca imágenes para la revista.
Para pasarlo en limpio: a Susana le molestó que la mostraran como es. No importa que se les vaya la mano con el Photoshop y le borren el ombligo como pasó con Gente. O que todos los que la rodean en tv muestren sus caras alargadas (como pasaba en los sketches de Benny Hill) por las cámaras que la hacen adelgazar. Lo importante es que los medios (el único espejo que le importa a la diva) la refleje como ella cree que es. Así:
Relacionado:
Cómo sería una estrella de Hollywood sin glamour
Los milagros del Fotoyop