No son jugadores de fútbol, sino magos. Pero ambos despiertan pasiones de sus fans incondicionales, pero también de sus detractores. David Blaine y Criss Angel sacudieron el mundo de la magia justo cuando los espectadores empezaban a hartarse de las grasadas de David Copperfield.
Ahora, mientras A&E Mundo emite hoy una Maratón Criss Angel, David Blaine vuelve a impactar tratando de pasar siete días metido en agua.Los dos llegaron a un público masivo, que no necesariamente consume magia habitualmente. Los dos protagonizaron programas de tv. Los dos hacen magia callejera (street magic), con la que sorprenden a los transeúntes que están a centímetros del mago y donde usar hilos, efectos de luz o espejos es mucho más difícil. Los dos reciben acusaciones de trabajar con extras (lo que no sería tan cuestionable) y de que varios de sus números usan trucos de cámara (imperdonable, pero nunca demostrado). Los dos facturan millones (pero nunca tantos como Copperfield). Los dos saben promocionarse muy bien con grandes pruebas que atraen la cobertura de la prensa (Blaine enterrándose vivo, Angel convirtiéndose en una antorcha humana).
Pero hasta ahí llegan las semejanzas. Blaine tiene bajo perfil, es modesto, habla poco, viste discreto y se sabe poco de su vida privada. Angel es ostentoso, fanfarrón y su programa parece un reality show donde sus hermanos y su madre forman parte de la trama. Blaine parece ser más respetado por sus colegas y fue pionero en la magia callejera. Angel reniega de los magos tradicionales y dice que hace «magia gótica», es más «mainstream» y vende merchandising, discos de su banda y un futuro libro.
Todos los ingredientes para un enfrentamiento que recién empieza. Sobre todo porque los dos son sorprendentes y buscan todo el tiempo subir la apuesta.