«Mucha gente, y no pocos escritores, creen que la narrativa -novela, nouvelle , relato, cuento- se ocupa de contar historias. Y si bien es cierto que en general la narrativa parece contar historias, nada está más lejos del arte de narrar que una buena crónica de acontecimientos: el arte narrativo no cuenta historias sino maneras de contarlas.
Sin embargo, la consigna ‘hay que contar historias’ periódicamente vuelve a remover las aguas estancadas de nuestra narrativa. Generalmente procede de escritores y críticos naif , esa clase de gente que en el siglo XVI le habría recomendado a Cervantes animar gigantes y dragones, contar victorias de un apuesto y joven caballero y eludir sus farragosos prólogos para adecuarse a las historias que la gente prefiere leer.» (Fogwill)