Lo arbitrario -y a estas alturas, trillado- de todo balance anual se potencia con la elección del «Personaje del año», que acota a apenas un candidato la tarea de sintetizar el zeitgeist de una sociedad. Time, cabal representante de la idea, solo excepcionalmente se salió de esquema de nominar a una persona (en 1983 fue la PC) y estuvo justificado.
Este año la revista Noticias consideró que no había ningún ser humano que destacara en Argentina o el mundo más que… Twitter. ¿Twitter? ¡¡Twitter!! Para ellos, ni Néstor Kirchner, ni Julian Assange, ni Tinelli influyeron más en la sociedad argentina que Twitter.
¿Cómo explican el desaguisado? Veamos la bajada de la tapa:
– «En el 2010, la red social que más crece explotó en el país»: que sea la que más crece no significa que sea la que más usuarios tiene. Facebook también tuvo un crecimiento importante y tiene muchos más usuarios en el mundo y en Argentina.
– «Una elite de 500.000 argentinos…»: más allá de que el número es discutible (daría para otro post), la construcción busca jerarquizar lo rebuscado de la elección, serán pocos usuarios (5 puntos de rating) pero es una «elite».
– «… se informan, discuten y se promocionan al instante»: ¿Y? Que yo recuerde Noticias nunca puso en tapa a Internet como fenómeno. Sin ser un sitio propietario, como Twitter, Internet podía haberse elegido en 1996 o 1997 porque una elite de 500.000 argentinos se informaban, discutían y se promocionaban al instante ya por esos días. O seleccionar al calefón, porque «millones de argentinos se bañan con agua caliente». O al Pulpo Paul, «porque todos los argentinos estaban pendientes de sus pronósticos».
– «Obsesiones y peleas de políticos y famosos»/»La Presidenta y la interna del Gabinete»: acá ya no hay más justificaciones, se pasa directamente al puterío con un toque de misterio.
– «Cómo hacer dinero con 140 caracteres» (!?): por ejemplo poniendo a Twitter en la tapa de una revista.
– «Por qué la hipermodernidad tiene la vía de comunicación que se merece»: la clásica columna de cinco párrafos de un «filósofo» para que el que la compra por el puterío se sienta menos culpable.
Tal vez Twitter dentro de unos años sea recordado como una revolución en Internet. O tal vez corra el mismo destino que el ICQ, el buscador Altavista o Second Life, todos anunciados en su momento como revolucionarios.
Obligados a elegir un fenómeno en lugar de a una persona, la muerte de Kirchner, el Bicentenario y hasta el Mundial fueron mucho más representativos para la sociedad argentina que Twitter. Y si hay que elegir cuál es el sitio web que usan masivamente los argentinos y que cambió sus costumbres, los candidatos serían Facebook o Taringa, no Twitter. Y si hay que medir la influencia de una tecnología en la política, este fue el año de Wikileaks y hasta de un canal tan antiguo como el email (recordemos que Twitter tampoco es nuevo, se creó hace casi cinco años): ¿o acaso una de las noticias más reveladoras no fueron los emails de Manuel Vázquez que incriminan a Ricardo Jaime, mucho, muchísimo más que cualquier chicana entre políticos a través de Twitter? Y no lo usa una «elite de 500.000 argentinos», sino casi todos los argentinos conectados a Internet todo el tiempo, todos los días y hace muchos años.