Nos escribe «maria jose», a través del formulario de Contacto:
quiero que me digan siempre lo que esta de moda
[audio:http://www.simplenet.com.ar/mp/mpaniversario/18.mp3]
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quiero que me digan siempre lo que esta de moda
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Cuando Internet ya acumula dos generaciones, a todo hype le corresponde su antecedente 1.0. Las blogonovelas, de las que habló Clarín este domingo -y de las que seguramente oiremos en los próximos días a propósito del lanzamiento del libro de Hernán Casciari-, tampoco son tan novedosas como se las quiere presentar. Esta nota de Ámbito Financiero, por ejemplo, salió antes que la de Clarín…
… 10 años antes, para ser precisos.
Allí dice su autor M.Z. (Marcelo Zapata):
Jorge Bernárdez y Diego Rottman trabajaron durante dos años en la creación de una «historia novelada» de la revista «Satiricón» [..] Pero la peculiaridad de este libro, al que bautizaron «El círculo hermético» no reside únicamente en haber desempolvado a «Satiricón» del olvido; ni siquiera en el género híbrido con el que decidieron encarar el trabajo («una novela con protagonistas y hechos reales, no una investigación periodística más»), sino además en la forma en que están dándolo a conocer: capítulo a capítulo, semana tras semana, en Internet.
En «La historia de Satiricón como folletín de Internet», firmada por Marcelo Fernández Bittar para El Cronista el 6 de mayo del ’97 se la reconoce como la primera novela argentina publicada en Internet:
Primero titulado «El círculo hermético» y luego (por pedido de Blotta) «Vida de Averchenko», el libro se puede leer gratuitamente accediendo con una computadora y módem a la dirección electrónica
http://www.geocities.com/SoHo/Lofts/4142/ . Es el primer trabajo argentino de estas características y la investigación incluyó diálogos con más de treinta protagonistas, rompiendo así esa suerte de «círculo hermético» de complicidad y secreto que rodeaba los acontecimientos.
Y Franco Varise, el 14 de mayo de 1997, escribe en «La Nación»
Este proyecto, que más de una vez amenazó con naufragar, hoy recibe a cientos de tripulantes de la red seducidos por el humor político-social cáustico y absurdo que caracterizó a aquellas publicaciones.
La nota de Ámbito del 25/4/97 rescata la participación de los visitantes
Rottman añade que «el sistema también tiene otras virtudes, y es la posibilidad de conocer la opinión de nuestros lectores, quienes además de leer la obra pueden dejar de manera pública o confidencial su opinión, y recibir correspondencia electrónica. Un lector de España, por ejemplo, nos pidió el otro día que le aclaráramos algunos detalles, ciertos matices del libro que sólo un lector argentino puede entender».
Novela, publicada primero en Internet y luego transformada en libro, con periodicidad semanal y con comentarios de los lectores… ¿no es una blogonovela?
Así que ya saben editores de Ñ, Radar y otras publicaciones culturales afectas a los aniversarios: en marzo del año que viene, sea lo que fuere «Vida de Averchenko», cumple diez años.
Y no esperen que curre con los posts de este blog en un libro. Mex Urtizberea ya me ganó de mano.
En el Boletín de Periodismo.com Nº 21, de noviembre de 1999, en pleno auge de la burbuja de Internet, reprodujimos un aviso que habíamos publicado por esos días en el sitio de subastas Deremate.com. Este es el texto:
NÚMERO DE ARTÍCULO: 16974
VENDEDOR: Diego Rottman
TIPO DE REMATE: Normal
CANTIDAD: 1
PRECIO INICIAL: US$ 3,000,000.00
DESCRIPCION DEL ARTÍCULO: Ya es hora. Si, como dicen los expertos, un mes en la vida real equivale a un año en Internet, hace un «cuarto de siglo Internet» (en aquella lejana primavera del ’97) que mantenemos -en todos los sentidos- a Periodismo.com.
La primera generación de la Red era feliz ofreciendo lo que sabía sin pedir nada a cambio, «la información quiere ser libre», postulaba. Por no aprender a tiempo que IPO no es un movimiento convulsivo del diafragma, terminó desapareciendo. Las reglas cambiaron y no queremos parecer anacrónicos: hoy todos hacemos sitios web para venderlos a los «venture capitalists» (están muy ocupados comprando sitios web como para hacer un buen sitio web por sí mismos).
Para estar acordes con la Nueva Era pensamos rematar Periodismo.com al mejor postor antes de que sea demasiado tarde. Lo reconocemos: no somos los primeros que quieren vender su sitio… ¡pero tampoco queremos ser los últimos!
No somos ambiciosos: con tres millones de dólares nos conformamos. Considerando los actuales precios de mercado, no deja de ser una verdadera ganga.
Periodismo.com tiene muchas virtudes, pero no tiene sentido detallarlas: un buen capitalista de riesgo sabe hacer triunfar cualquier proyecto. Además, para un país donde todos los usuarios de Internet juntos no llegan a los cuatro puntos de rating, todos los sitios son un éxito.
A quienes crean que se trata de una broma, los desafiamos a verificarlo. Hagan sus ofertas y comprueben si todo esto es en joda.
Señores, ¿quién da más?
(Si tiene al menos 3 millones de dolares, puede participar de esta subasta en http://www.deremate.com/accdb/viewItem.asp?IDI=16974)
En el boletín del siguiente mes escribí la continuación, titulada «No somos millonarios»:
Cuando creíamos que la ubicuidad publicitaria ya había cubierto todos los lugares que podía cubrir, nos anoticiamos de un nuevo espacio disponible.
Assvertisign (o la traducción que propongo, culicidad) podría definirse como «hombre-sandwich meets Adriana Brodsky». Consiste en una operación de marketing que saca provecho de las miradas masculinas más concentradas y devotas:
Esto no es una broma. Es una idea de Night Agency, una agencia de publicidad de New York. Ya fue utilizada en varios países (la foto de arriba es de una campaña italiana) y clientes de la talla de Kodak la usaron en ferias y convenciones:
El cliente que decida fijar su marca en la retina de los clientes siguiendo esta modalidad, puede incluir un logo, una dirección web o un mensaje breve (tampoco da para una solicitada).
Las modelos circulan por lugares públicos (no recomendamos testearla en las calles del conurbano bonaerense) y cada tanto se encorvan, dejando a la vista de todos el mensaje a transmitir, mientras exclaman un «¡miren esto!», «¡ey!» o el slogan de la compañía. Acá vemos a un camionero en Manhattan en plena lectura:
Por supuesto, también las mujeres son consumidoras (de productos y de culos). Y tampoco olvidemos al codiciado colectivo gay:
A pesar de lo promisorio de estas campañas publicitarias, las desaconsejamos para promocionar salchicas, laxantes o perfumes.
Abril – junio de 1982 – Guerra de Malvinas – Mundial de fútbol
El patriotismo invade las calles. Todos lucen escarapelas y banderas argentinas. Es lindo y da orgullo ser argentino.
La revista Hum® refleja esta situación en el número de ese mes:
click en la imagen para ampliar
Resumo para los vagos o cortos de vista: las banderas argentinas que agitaban al viento nuestros compatriotas ese año de guerra y fútbol estaban fabricadas en Hong Kong, una por entonces colonia inglesa. Haciendo click en la foto de abajo se puede ver que en el mástil figura la leyenda «MADE IN HONG KONG»
click en la imagen para ampliar
Mayo – junio de 2006 – Plaza de sí – Mundial de fútbol
Casi un cuarto de siglo y siete mundiales más tarde, el 25 de mayo Argentina se comienza a cubrir de banderas y, con la llegada de la Copa del Mundo, todo se tiñe de celeste y blanco.
Los kioscos de revistas venden una pulserita para lucir en la muñeca los colores de la Patria. Muchas cosas cambiaron desde la década del ’80. Esta no:
Si, como acierta Oscar Wilde, «la moda es una forma de fealdad tan intolerable que nos vemos obligados a cambiarla cada seis meses», ¿cuánto falta para llegar al medio año de las remeras en italiano?
Para aquellos que viven fuera de Argentina o en un raviol, son remeras con estampados al estilo de los que se hacían en los ’80 en las playas de la costa Atlántica para personalizarlas con el nombre de un niño y un dibujo de Tweety, pero sin personalización y sin el dibujo de Tweety.
Pero esta avalancha de leyendas escritas en la lengua del Dante (y de Berlusconi) también engendró otra moda: las críticas a las remeras italianas.
Por suerte llega el invierno y, a menos que lancen buzos, camperas o pulóveres, tendremos descanso hasta el próximo verano, donde probablemente nos sorprendan con una nueva colección, esta vez con leyendas en latín, esperanto o guaraní.
Ignoro si en Roma ya están usando remeras con la leyenda «Fulbito», «La pelota no se mancha» o «Me cortaron las piernas» (seguramente en Nápoles funcionarían las dos últimas), pero si quieren llevarse para allá las que sobraron de esta temporada, no me ofendo (además van a entender el idioma). De paso llévense las de «I love AR» y las que conmemoran el Mundial 78.
[audio:http://www.simplenet.com.ar/mp/mpaniversario/04.mp3]