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Idea para tesina

¡Atención estudiantes de Ciencias de la Comunicación! Si tienen que hacer la tesina pero todavía no se les ocurrió un tema, aquí les doy una propuesta: analizar el «fenómeno» de 7 minutos, el diario con actualización permanente y para imprimir de Infobofe.

Para empezar, pueden comparar sus infinitas semejanzas con 24 horas el modelo equivalente del diario «El País», de Madrid. Aquí tienen parte del trabajo ya hecho.

Pero ahora se agrega un dato nuevo. A la noche el diario es descargado por una persona. Es decir 7 minutos sólo tiene un lector en el horario nocturno. Eso sí, es fanático del producto: todos los días se toma el trabajo de ir al sitio y descargar el diario.

Esto tiene varios aspectos para analizar:

  • Debe ser el medio de costo más alto por lector.
  • Pueden encontrar al lector, entrevistarlo y tener un sondeo que evalúa al 100% de los receptores nocturnos del producto, una muestra incuestionable.
  • 7 minutos es el medio personalizado por excelencia. Lo hacen para una sola persona.
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Muy interesante

A los 16 años escribí una carta a la revista «Muy interesante». Acababa de aparecer la versión argentina y algo torpemente me ofrecía para colaborar. Yo ya venía comprando la original española así que la conocía bien. Si hasta propuse una nota donde escribiría sobre el Barón de Münchhausen como precursor de Tomás Alva Edison en la invención del fonógrafo. Nunca me respondieron.

Unos años más tarde colaboré regularmente en «Enciclopedia Popular Magazine», el experimento de Oskar Blotta (h) para competir en ese segmento. Estaba a cargo de la publicación Jorge Novoa y nos decía que pensáramos en lectores de menos de 15 años y de más de 50: «en el medio la gente está demasiado ocupada con su vida para leer estas boludeces», razonaba.

Hace rato que no compro estas revistas (soy mayor de 15 y menor de 50) pero miro las tapas en los kioscos. Enciclopedia Popular Magazine hace rato que dejó de existir, acaba de cerrar Neo y Muy Interesante atraviesa los años inmutable. Aunque, en realidad, nada puede atravesar los años inmutable. Estas son las últimas dos tapas de Muy interesante:

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Setiembre de 2006

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Octubre de 2006

Aquel que encuentre que una tapa dedicada a la salud femenina (pero ilustrada con una mina en pelotas) y una dedicada al erotismo con una señorita (¿o un travesti?) introduciéndose una banana en la boca tienen algo en común, definitivamente tiene la mente podrida.

Manuel García Ferré, el editor de la revista en Argentina, y creador de los blanquísimos (pese a lo que insinuaron Los Vergara) Anteojito, Hijitus, Petete y Calculín debería pedir consejos a Luis Ventura para esta «Paparazzi» para menores de 12 que compran una revista «de divulgación científica» para ojear en el baño. Desde aquí, algunas sugerencias:

  • Tapa de noviembre: un stripper de Golden ilustra la nota «La vida íntima del Hombre de Neanderthal».
  • Tapa de diciembre: Nazarena Vélez desnuda para denunciar «Los peligros de la anorexia».
  • Tapa de enero: comparten la portada (en bolas, por supuesto) Belén Francese y Karina Jelinek. ¿La nota? «Cuando fallan los Tests de Inteligencia».

¡A ver si ahora sí me aprueban el sumario!

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La nueva estrategia de Cracked

Cracked nunca entendió a Mad. Estas dos revistas humorísticas norteamericanas tienen una larga historia de competencia. Pero Mad siempre estuvo varios pasos adelante. Cracked le copió las sátiras, la mascota (Alfred E. Newman es en Cracked Sylvester P. Smythe) y las burlas a la cultura pop. Pero Mad fue Elvis y Cracked salió cuarta en el concurso de imitadores de Elvis. Para ilustrarlo, esto

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es la versión Cracked de esto

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Pero a todas las revistas de humor les llega la hora. Sus staffs envejecen y se mueren. O sus lectores fieles los abandonan y las nuevas generaciones dejan de reírse con esos códigos. Mientras Mad y Cracked caen en picada, The Onion brilla en la web y asciende en papel. Mad tira apenas 200.000 ejemplares (en 1974 llegó a tirar más de 2 millones) y Cracked tocó un piso de 25.000 ejemplares por número bimestral. The Onion, en cambio, tiene 3 millones de visitantes únicos en su sitio web y tira semanalmente más de medio millón de ejemplares de la versión impresa.

Después de un tiempo de silencio, Cracked quiere retornar de un modo diferente. Y el razonamiento es bueno. El ocaso de las revistas de humor comenzó cuando la tele supo apropiarse de los códigos de esas publicaciones. Lo que no logró Cracked imitando a Mad, lo logró la tele (y gratis).

Ahora Cracked quiere hacer lo mismo, pero al revés. Dedicó un año a armar un staff de escritores de comedia de televisión (The Daily Show, Saturday Night Live, Chappelle’s Show y South Park) con la promesa de que podrían escribir de lo que en la tele no podían. Se definen como la única revista de y sobre comedia: «somos a la comedia lo que Rolling Stone es a la música». Para sintonizar con las nuevas generaciones, lanzaron un sitio web con contenido independiente (50/75.000 visitantes diarios) y hasta crearon un espacio en MySpace, uno de los fetiches de los adolescentes yanquis. Y apuntan a competir en el segmento de las «lad magazines» (Maxim, FHM). El primer número ya salió (100.000 ejemplares) y hay online una muestra de ocho páginas (PDF).

[audio:http://www.simplenet.com.ar/mp/mpaniversario/16.mp3]
«She got a nose job», del disco «Mad Twists rock ‘n roll»

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El que acelera mucho, termina chocando

Hay temas que aparecen en la prensa diaria que garantizan su rebote en la blogósfera. Por ejemplo, cuando los diarios hablan sobre un tema de Internet (sobre todo blogs, piratería, Apple, bajada de música), está cantado que los bloguers recogerán el guante para tratar el asunto. Y es bienvenido, tanto cuando aportan opiniones que no se ven en los medios mainstream, como cuando clarifican o amplían a estos medios.

El problema es cuando no se tiene demasiado para decir. Entonces el post se limita a linkear al artículo original y aportar algún comentario que lo complemente. Hacer esto es bastante trucho (a menos que sea un blog especializado que recopila enlaces sobre un tema), pero más trucho es ser el segundo, tercero o vigésimo en hacerlo. Por eso, cada vez hay menos distancia entre que se publica un artículo en los diarios y los posts apresurados de bloguers que quieren ser los primeros en enlazarlo.

Clarín publicó el viernes una noticia sobre la vandalización de Wikipedia en la entrada sobre «La Noche de los lápices». El muy buen blog español «Mala Prensa» insinuó que Clarín podría haber inventado la noticia, basándose en que la IP que había alterado el artículo era de Prima, empresa del grupo.

El post lo recicló Eduardo Arcos (exitoso en esto de copiar y pegar lo que aparece en blogs ajenos) y muchos otros blogcitos.

Lo que los blogs extranjeros no sabían (y sí deberían saber los bloguers argentinos que se hicieron eco) es que Prima no provee acceso a Internet solamente a los periodistas de Clarín, sino también a una buena parte de los usuarios argentinos. La coincidencia fue una casualidad. Y la velocidad para publicar el tema hizo que no fuera verificado como se debe. Tanto Mala Prensa como Arcos corrigieron la información al final de sus posts, pero no todos llegan al final del post (sobre todo los que los consultan a través de un lector RSS).

Los blogs que pretendan erigirse como una fuente creíble, deberían cuidar este tipo de desprolijidades. «La mejor noticia no es siempre la que se da primero sino muchas veces la que se da mejor», dice García Márquez.

La captura de pantalla de la entrada vandalizada que muestra la nota de Clarín es esta:

wikipedia.jpg

Allí se muestra la misma dirección IP que se ve si se accede a la entrada de Wikipedia de la que habla la denuncia: 24.232.220.225. Un simple chequeo con una herramienta como DNSStuff revela que la IP ni siquiera pertenece a Prima, sino a Cablevisión. Por lo tanto, la correción del error también es un error.

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El hilo se corta por lo más delgado

Está inhallable en la web la primicia de Infobofe que aseguraba que «Douglas Tompkins se va de Argentina». Ni usando el buscador del sitio o en la versión digital del diario, ni en Google o en Google News puede encontrarse esa noticia que salió en primera plana.

Sí se puede acceder en el portal Infobae a la noticia titulada «Tompkins aseguró que se quedará en la Argentina», donde se lee que «el empresario desmintió en Radio 10 que esté pensando en irse de la Argentina y advirtió que esas versiones son ‘un mito'».

Resulta que el «mito» lo inventó Infobofe y provocó llamados airados a Daniel Hadad de la gente de Tompkins y del Gobierno. ¿El resultado? Despidieron a Victoria Álvarez Benuzzi, la autora de la nota.

Ahora, cuando sale una nota como esa en tapa, ¿la única responsable es la periodista que la escribió?

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9 años de Periodismo.com: un balance personal

a Carol

La relación de dependencia está en vías de extinción: el «empleado» con vacaciones, aguinaldo y extras por presentismo en poco tiempo dejará de existir. [..] Tenés que transformarte en una empresa, dejar de buscar un empleo convencional. La idea es dejar de ser un «buscador de empleo» para convertirte en un «oferente de soluciones».

La frase es de «Manual Chiche», el libro de Chiche Gelblung.

Un día de noviembre de 1994, en el café Tortoni, cerca de las once de la mañana, le dije a Chiche Gelblung que dejaba de trabajar para él. Desde entonces siempre generé mis propios proyectos.

Uno de esos proyectos es Periodismo.com, que hoy cumple 9 años. El balance que imponen los aniversarios siempre es tramposo: depende de las variables que se elijan, será positivo o negativo.

En el ranking del autocuestionamiento, los periodistas estamos en los primeros puestos de la lista. Los publicitarios seguro no viven todo el tiempo cuestionándose lo que hacen. Los periodistas sí. Uno quiere dejar el diario para escribir esa novela que viene postergando desde hace tanto tiempo. Otro se frustra porque soñaba con cambiar el mundo y ahora es jefe del área de prensa de una multinacional. El tercero tiene fama y dinero, pero se deprime cada vez que no aparece en las listas de los periodistas más creíbles. Y así.

Pero también son pocos los periodistas que deciden enfrentar a sus fantasmas. Siempre habrá un buen motivo para no hacerlo. Intuyo que Liniers dibujó esta tira para «La Nación» después de una visita a la redacción:

conformismo.jpg
¿Seguir con el proyecto propio o volver a ser empleado? Esa es la pregunta que me hago cada vez que la frustración es más fuerte que la satisfacción o con el balance, como éste, que impone cada cumpleaños.

Por ahora siempre la respuesta fue seguir con mi proyecto. Los motivos más personales me los reservo. Los otros: uno es el dueño de sus aciertos, se dedica a lo que le gusta y no a las internas y el chismerío barato, es independiente en todos los sentidos y no tiene que cumplir un horario.

Pero las variables negativas también son poderosas: uno padece más sus errores, tiene que dedicarse a tareas no periodísticas, la independencia se paga caro y no tiene que cumplir un horario.

Entonces no puedo recomendarle a nadie que renuncie a su trabajo y genere un proyecto propio. A mí, por ahora, me gusta y me sirve (¿me conforma?). Pero no es para todos. Como lo muestra este fragmento del brillante «Historia íntima de la humanidad», de Theodore Zeldin, contracara del párrafo de Chiche:

[Entre los siglos XV y XVIII], la esclavitud era en Rusia una especie de casa de empeños para personas que no tenían otra cosa que vender que a sí mismos. Una tercera parte de los esclavos solía vivir en situación de fuga, pero habitualmente regresaban, exhaustos de libertad, incapaces de desprederse de su mentalidad de prisioneros [..] La vida al margen de la protección de alguien más poderoso que uno mismo era una aventura demasiado estremecedora [..] La solución a la esclavitud no fue su abolición, o, por lo menos, no fue una solución completa, pues se inventaron formas nuevas de esclavitud bajo otros nombres.[..] Y, hoy en día, quienes prefieren hacer lo que se les dice en vez de pensar por sí mismos y asumir sus responsabilidades -una tercera parte de los británicos dicen preferirlo así, según una encuesta- son los herederos espirituales de los esclavos voluntarios de Rusia. Es importante recordar que ser libre resulta fatigoso y hasta agotador. Y, en epocas de extenuación, el amor a la libertad ha declinado siempre.

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GNA: noticias viejas, gratuitas, en español

Una atajo para buscar en Google News Archive noticias históricas en español sin costo. Hay que ingresar la/s palabra/s a buscar y pulsar el botón «Buscar noticias»:

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La temperatura subió al 18º «A»

Si usted vive en el piso bajo de un edificio, pero toma ascensor, no necesitará demasiadas frases sobre el clima para intercambiar con su ocasional compañero de viaje. Pero si usted y el otro pasajero viven en lo alto de una de esas modernas torres, no le alcanzará con un «¡qué húmedo que está!», un «hay anunciada tormenta» o el clásico «¡tiempo loco!» acompañado de una media sonrisa. Es necesario ampliar el bagaje de frases meteorológicas, para hablar más tiempo con el vecino sobre el clima, el «tema blanco» por excelencia (¿a quién se le ocurriría conversar con un compañero de consorcio sobre religión, política, drogas o sexo?).

Fernando Confesore y Mauricio Saldívar deben tener mucho levante entre esas cuatro paredes móviles hablando de isobaras y hectopascales, pero el resto de los mortales necesitamos intercambiar información menos técnica. Para eso se inventó el calentamiento global y no para otra cosa: para que además de hablar del clima del día, aquellos dueños de penthouses o las vecinas que van a colgar la ropa a la terraza tengan de qué charlar.

En una confabulación internacional, cuya pata local encabezarían AIERH y OTIS, los medios difunden noticias a diario para alimentar la convivencia ascensoril. Las últimas: «El calentamiento global aumenta la transmisión de enfermedades a nivel mundial» y «Por el cambio climático, hasta los esquimales compran acondicionadores de aire» (que, de paso, vuelve obsoleta la frase «venderle heladeras a los esquimales»).

Pero si tampoco alcanzara con el diario del día, un tal John Brignell recopila y actualiza un listado con todas las consecuencias que generará el calentamiento global según los medios. Hasta ahora no figura allí «desperfectos en ascensores» aunque seguramente si se derriten los hielos polares este medio vertical de locomoción termine perdiendo la función original para la que fue pensado.

A propósito, ¿alguien sabe por qué se llama ascensor si también sirve para descender?

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Topología de la noticia

Escrito en noviembre de 2001 para el Boletín de Periodismo.com Nº 45

Para festejar sus 75 años, en 1998 la revista Time decidió compartir algunos secretos con sus lectores. Entre los datos jugosos de ese número especial, contaron que, hasta ese entonces, las tapas más vendidas de la revista habían sido la conmemorativa de la Princesa Diana, la de su muerte, la de la renuncia de Nixon, la de la muerte de John Lennon y la dedicada a Michael Jackson. Además, revelaron los números menos vendedores y, bajo el título «Dear Idiots», enumeraron las portadas que generaron más cartas de rechazo y, a la vez, el mayor número de suscripciones dadas de baja: la redacción recibió 12.191 cartas de lectores a partir de la tapa dedicada a «El último tango en París» (1973). Le siguen «Ayatollah Khomeini, hombre del año» (1980), «¿Ha muerto Dios?» (1966) y «Sexo en EE.UU.» (1964).

Los medios de gráfica impresa son los que más intuitivamente deben decidir el contenido de su sumario: que el número de una revista venda más o menos puede depender de su nota principal, de la tapa de la competencia, de las noticias socialmente más instaladas y hasta de los factores climáticos de esa semana.

La TV y la radio pueden consultar el rating (¡medido por minuto!) y los medios de gráfica electrónica tienen estadísticas detalladísimas de cada artículo publicado. Cuando un diario o una revista tiene sitio web, puede acudir a estos datos para medir el impacto de una pieza periodística. Las versiones online de El País, Clarín o CNN, entre otros, también hacen públicas las estadísticas de los artículos más visitados, lo que sirve como un interesante entrenamiento para futuros editores.

Lo cierto es que a partir del 11 de setiembre parecería haberse revertido una tendencia: ahora habría una creciente avidez por las llamadas noticias «duras». La cobertura de los atentados disparó el interés por la sección de internacionales, pero el tema va mas allá: los programas de investigación periodística encarados con profesionalismo son líderes de audiencia, superando muchas veces a los reality shows.

Ademas del prestigio, las ventajas de las noticias duras para los medios tienen que ver con que los estudios demuestran que los consumidores de este tipo de material periodístico también son un segmento consumidor de otros bienes. Es un publico informado, formado y con alto poder adquisitivo. También es cierto que mandar corresponsales a la guerra o producir programas de investigación sin salir al aire durante meses puede ser muy costoso.

Pero en realidad la distinción entre noticias duras y blandas debería descartarse, para analizar otras variables del contenido periodístico a la hora de medir su interés: el bagaje (background) y el magnetismo. Porque el interés por las llamadas noticias duras irá desapareciendo en la medida en que el conflicto de la guerra vaya haciéndose más complejo. Y una noticia como las que se suele publicar en los tabloides nunca dejará de llamar la atención. El éxito de una noticia entonces, no está en su dureza o su blandura, sino en su baja apelación al bagaje cultural y en su alto magnetismo.

En ese sentido, para consumir la «noticia dura» de dos aviones estrellándose contra dos edificios no hace falta demasiado bagaje cultural, pero para entender políticamente el conflicto detras de la guerra sí. Que se hayan saturado los servidores el 11 de setiembre, pero que los diarios vendan menos en la medida en que el conflicto es cada vez más complejo es la demostración.

Las «noticias blandas» son para todos, no piden un lector con formación. Pero una noticia de la sección política podría ser tildada de «blanda»: que un juez o un diputado protagonicen un escándalo privado, muchas veces es lo mismo que si el protagonista fuera un carnicero o un actor. Posiblemente la única diferencia es que si el protagonista es un político, la noticia sea consumida tanto por el lector de la sección Política como por el lector de la sección Policiales.

En cuanto al magnetismo, debería atravesar a todas las secciones del medio para cautivar al lector. La idea de que las noticias políticas o económicas no pueden ser entretenidas desconoce la expresión inventada por el periodista Harry Rosenthal, el «Hey, Martha», que define al hombre en la mesa del desayuno que levanta la vista de la lectura de su periódico para llamar a su esposa «¿Hey, Martha, has visto esta noticia?».

Así, comprar «el fenómeno de las noticias duras» puede llegar a decepcionar dentro de un tiempo, cuando las infografías sobre el campo de batalla no alcancen y los medios descubran que el costo de la cobertura empieza a dar pérdidas y retiren a sus corresponsales. En ese sentido, la noticia de que «renace el interés por las noticias duras» es un muy buen ejemplo de una noticia blanda…

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Sentidos

Escrito en octubre de 2001 para el Boletín de Periodismo.com Nº 44

Uno de los mayores malentendidos de la cultura visual es la frase «una imagen vale más que mil palabras». La muletilla dio lugar a debates, a tesis y a clichés de conductores sin imaginación.

Si se rastrea su origen, se verá que se trata de un falso debate. En realidad la traducción adecuada de este proverbio chino debería ser «el significado de una imagen puede expresar diez mil palabras», que no superpone lo gráfico a lo textual, sino que los hace convivir en armonía.

El nacimiento de la confusión es por demás bizarro. Un publicista norteamericano lo introdujo en el mundo occidental en un aviso de polvo para hornear Royal. Allí, el dibujo de un «sabio chino» sentenciaba que una imagen vale más que mil palabras y exhibía con orgullo un bizcochuelo de incuestionable altura. Desde entonces, la puerta estuvo abierta para refutadores y apologistas.

Aunque todavía no hay una imagen excluyente que represente el atentado a las Torres Gemelas, millones de ojos se intoxicaron contemplando la escena. Antes de buscar un sentido, los espectadores, sentidos, pierden el sentido. Los sentidos se saturan y a la vez piden más.

Sentido común. Un avión estrellándose contra un edificio=accidente extraordinario. Dos aviones estrellándose contra dos edificios=atentado.

Sentido vectorial. Dos cuerpos en movimiento horizontal atraviesan dos cuerpos estáticos. Los cuerpos estáticos se transforman en cuerpos en movimiento vertical descendente.

Sentido del olfato. Falló en muchos periodistas apresurados por ganarle a la cadena competidora o ingenuos al reproducir la información «del cuartel». Hubo terroristas que no eran tales o que habían muerto un año antes. Hubo coches bomba que aparecían y desaparecían y, fundamentalmente, mucha información con doble sentido.

Sentido del humor. Los únicos periodistas que no pudieron ejercer su profesión fueron los humoristas. ¿Quién pone la cara para bromear con algo así? Mientras Clarín levantaba la contratapa con las tiras cómicas y Página/12 anunciaba en su tapa «Hoy no hay chiste», las cadenas de correo electrónico se mofaban del atentado desde el anonimato. En este caso, el sentido del tacto es, a la vez, el sentido del gusto.

Sentido del oído. La ventana televisiva por la que todo pasa está cerrada. No hay gritos de auxilio o de dolor, sirenas o llantos. La asepsia selectiva de la CNN nos obtura la capacidad de escuchar lo que está pasando.

Sentido de la vista. Pocos repararon en un grupo de espectadores que no pudo sufrir del mismo modo que el resto del mundo: los ciegos. «Carentes de una descripción de los atentados, muchos ciudadanos de Estados Unidos y del mundo entero se ven impedidos de comprender exactamente lo que ocurrio y cómo ocurrió. Por consiguiente, su posibilidad de ‘digerir’ el horror y compartir la experiencia con el resto de la población se ve muy reducida porque lo visual predominó en esa experiencia para la mayoría», reflexiona Kynn Bartlett, principal técnico de Idyll Mountain Internet que da cursos sobre diseño de sitios web accesibles para todos. Algunos sitios web han sentido el problema y desarrollaron páginas sobre los atentados accesibles a los no videntes. A cada instancia del episodio equivale una descripción con palabras de lo que se ve. Sin embargo decir «neoyorquinos, uno con corbata, el otro con remera negra y pantalones oscuros, corren aterrorizados por las oleadas de humo de los escombros detrás de ellos» nunca va a equivaler a ver esas caras y ese humo.

En ese sentido, una imagen vale más que mil palabras.