1) La Nación – 14 de agosto de 2007 – Sección Exterior:
Click para ver la noticia ampliada
2) La Nación – 14 de agosto de 2007 – Sección Entretenimientos:
1) La Nación – 14 de agosto de 2007 – Sección Exterior:
Click para ver la noticia ampliada
2) La Nación – 14 de agosto de 2007 – Sección Entretenimientos:
En menos de un año aparecieron en la web una serie de portales dirigidos por periodistas famosos: minutouno, de Chiche Gelblung; Jorgelanata.com, de Lanata; Hipercrítico, de Luis Majul; Puro Show, de Laura Ubfal y Primicias ya, de Jorge Rial.
¿Qué despertó, de golpe, en todos estos periodistas el deseo simultáneo de dedicarse al periodismo digital? La respuesta hay que buscarla en los espacios que están al costado del contenido. Avisos chicos y grandes, de Google y de empresas, de la Nación y de las provincias. Publicidad. A Televisión.com.ar le llevó varios años tener avisos de Canal 13 y Telefé. Puro Show lo logró desde su lanzamiento.
Este heterogéneo lote de periodistas tiene más coincidencias que las que asoman. Además de en la tele, todos tienen su programa de radio. Salvo Ubfal, todos publicaron al menos un libro. Y todos comenzaron en la gráfica, lo que los úbica en un escalón diferente de los Andino y los Facundo Pastor, nacidos en la tele. Exceptuando a Rial, todos los otros ya habían tenido experiencias en Internet. Majul, Ubfal y Gelblung como bloguers. Y Lanata con el ya lejano Data54.
Sus portales son proyectos muy distintos entre sí y con resultados también bien diferentes. Pero lo que los une es un desconocimiento de las posibilidades del medio, un aprovechamiento muy bajo de las características de la web pero que, seguramente, como les pasó cuando llegaron a la radio o a la tele, irán corrigiendo con el tiempo.
Primicias ya: este sitio de espectáculos ya existía antes de la llegada de Rial y no era muy diferente del que se puede ver ahora. Pero se hizo conocido y muy visitado a partir del desembarco del conductor de Intrusos y de su socio Luis Ventura. Su contenido hace sinergia con el resto del «multimedios del chisme» y sirve para saldar asuntos que no se pueden ventilar en radio, tv o en Paparazzi por demasiado pequeños, personales o fuertes para los otros medios. Especialmente repugnante es la columna «Las preguntas malditas».
Puro Show: Laura Ubfal transformó su blog en un sitio, cuando «un empresario» se lo compró y ella pasó a ser empleada a sueldo de su propia creación. Como cuando era un sitio personal, y al igual que Primicias ya, es muy consultado por «la farándula». Pero a nivel usabilidad perdió muchísimo. El buscador no funciona bien, las notas son difíciles de encontrar y la organización del contenido abruma (con el viejo blog se demostraba que menos era más). Tampoco se entiende qué tiene de diferente el contenido de la sección Laura TV del resto del sitio.
Minutouno: Gelblung prometía un sitio más cercano a su interesante etapa en Ámbito Financiero que a lo que suele hacer en tv: taxistas movileros, un especialista en «economía insólita» (a lo «Freakonomics») y otras innovaciones que nunca llegaron a verse. En cambio terminó pergeñando un portal que aspira a emular al español 20 minutos pero que termina asemejándose a Infobae sin agregarle nada. En pocos lados se nota la marca de Gelblung, a diferencia de sus otros emprendimientos. A pesar de tener una redacción enorme para un medio digital, no generan demasiado contenido propio y el único «logro periodístico» que tuvieron fue el «Operativo encubrimiento» de la caída de Alejandra Pradón.
Hipercrítico: Luis Majul prefirió no hacer un portal de noticias y su sitio se dedica a analizar a los medios, lo que le valdrá ser el menos visitado de este lote. Majul se rodeó de un buen staff de periodistas, pero una idea como esta no debería haber apelado a un equipo fijo. Sus opiniones sobre los medios corren el riesgo de agotarse, mientras que ir rotando las voces hubiera enriquecido el debate. Esta estructura donde cada uno escribe de lo que se le canta impide un buen seguimiento de la agenda: hoy nadie se ocupó del comienzo de C5N. Otro punto flojo es la ausencia de comentarios (tienen un incomprensible Libro de visitas). Aunque sea moderándolos, los agregados de los usuarios (colegas y consumidores de medios) sumarían mucho a las afirmaciones de los columnistas.
Jorgelanata.com: el peor del grupo. Con la historia de Lanata como creador brillante de medios y con el antecedente del interesante Data54, este sitio que lleva su nombre da pena. Sobre todo porque no parece de él. Con serios errores de usabilidad (algunos corregidos desde su lanzamiento, pero otros que permanecen) y un contenido que oscila entre chismes de políticos de cuarta línea y lecturas recomendadas de medios en inglés y francés. Ahora que se aboca al nuevo proyecto del diario (en el que además invirtió 200.000 dólares de la venta de su casa en Uruguay), es de esperar que Jorgelanata.com siga bajando en calidad o, directamente, termine abandonado.
Ideas y links que no llegaron a post
¿Cómo saber si un sitio es seguro para navegar? Scandoo es una interfaz que corre sobre Google, Yahoo o MSN (Live) y a los resultados del buscador les agrega un iconito advirtiendo sobre el nivel de seguridad de cada enlace. Los resultados se generan en tiempo real. Acá hay un ejemplo para la búsqueda de la palabra «crackz»
Lo que significa cada advertencia se ve poniendo el mouse sobre el iconito del margen izquierdo.
Actualizaciones:
1) Todavía no me enteré si al final Chris murió por la paz, pero su página ya no está más.
2) Al final se vendieron los lentes de Lennon que se remataban a 2 millones de dólares. Acá especulaba con la personalidad del comprador.
Para los que piensan que al puterío no hay con qué darle, un estudio del Centro Pew difundido hoy afirma que la gente está harta de los escándalos mediáticos. Al menos en Estados Unidos, el 87% de los 1000 encuestados opina que los problemas de las celebridades tienen demasiada cobertura y solo un 2% la considera insuficiente. ¿No será este sondeo una muestra más del doble discurso frente al consumo de chatarra cultural? Porque los ratings no bajan…
Lo barato sale caro. Pero lo caro también.
No permitan que el fracaso les deteriore el autoestima. Cuando ganás, el mensaje de admiración es tan confuso, te estimula tanto el amor hacia uno mismo y eso deforma tanto. Y cuando perdés sucede todo lo contrario, hay una tendencia morbosa a desprestigiarte, a ofenderte, sólo porque perdiste. En cualquier tarea se puede ganar o perder, lo importante es la nobleza de los recursos utilizados, eso sí es lo importante; lo importante es el tránsito, la dignidad con que recorrí el camino en la búsqueda del objetivo. Lo otro es cuento para vendernos una realidad que no es tal.
La frase es de Marcelo Bielsa y la vi en «Mi vida es un drama», uno de mis blogs favoritos. Su autor, Luchio (Luciano Dolber, ex Infobae) logró un blog acerca de nada, tanto como Seinfeld hizo un show acerca de nada. Y sus «estúpidos lectores» contribuyen bastante a que así sea. No apto para almas sensibles.
Dos revistas actuaron como semilla: «Sección Aurea», de Hermenegildo Sábat y «La Caja», de Tomás Abraham. Era la década final del siglo pasado y me dedicaba a estudiar en la carrera de Ciencias de la Comunicación en la UBA y a colaborar en algunos medios gráficos. Ese número de Sección Aurea estaba dedicado a «El periodismo», mechando obras de talentosos artistas plásticos con frases históricas sobre (contra) el periodismo y furcios de conductores de radio y tv. Ese número de «La Caja» tenía un texto de Claudio Uriarte con una descripción impiadosa del rol del periodismo y los periodistas en nuestras sociedades.
El proyecto de una revista contra el periodismo había nacido: la llamaría «Malas Palabras». Llegué a hacer un número completo, pero nunca se transformó en objeto. Todavía la tengo, guardada en una carpeta de «Los Tres Chiflados». Más de diez años después este espacio hizo posible que algunas de esas ideas fueran apareciendo, cada tanto, en forma de post.
Este sábado Claudio Uriarte resbaló de una escalera y se murió. Tenía 48 años. «Contribución a la crítica de la verdad periodística», tal el nombre del texto del que hablaba, se reproduce completo a continuación, a modo de homenaje. Recomiendo su lectura.
«Un demócrata de vieja cepa no pediría hoy libertad de prensa, sino libertad respecto de la prensa».
Oswald Spengler, La Decadencia de Occidente (1922)
Los diarios, semanarios, quincenarios y demás ediciones periódicas son publicaciones que sólo deberían salir de vez en cuando. El concepto mismo de periodicidad es lo que debe ser críticamente puesto en duda, tanto más en un mundo en el que el periodismo ha adquirido la legitimidad autorreferente y tautológica de un poder que se encuentra más allá de todo cuestionamiento, y en una sociedad en la que el periodismo ha sustituido efectivamente a la metafísica, la filosofía, la ideología social, la discusión de las ideas y hasta el mismo arte. Se diría que, a medida que estas disciplinas mueren como preocupaciones sociales, el periodismo las vampiriza para capitalizar sus desechos bastardos, como una inconsistente y cambiante ciencia de híbridos que reciclara todo pensamiento para volverlo lugar común, o bien lo acepta sólo cuando éste se había vuelto cliché. El periodismo no sólo sería colección de los fragmentos rotos del gran edificio de la historia, sino basurero de los pedazos en que se ha desmoronado toda reflexión sobre ella.
El periodismo ha otorgado legitimidad a una idea cuya única verdad son los ritmos de reproducción de la fuerza de trabajo de la productividad alienada: la noción de que el tiempo transcurre en períodos de 24 horas por día (o de una semana, o de un año). Los hechos, ante los que el periodismo se comporta como si fuera un recipiente hueco y neutro, se acumulan analizan y desmenuzan en sus prolijos compartimentos temporales como si fuera él lo que les diera forma, y cada tanto se publica un «balance semanal» o «mensual» o «del año» como si el almanaque fuera lo que verdaderamente definiera los límites, la duración y la mecánica de los procesos, y en inconsciente pero perfectamente consistente reproducción de la práctica de la empresa capitalista que a fin de año realiza su «memoria y balance»: se hace un equilibrio de entradas y salidas, de ingresos y deudas en la gran fábrica de procesamiento de la información (que es la materia prima de la que viven estos medios), y en esto se destruyen la idea de historia y el concepto de proceso histórico en el mismo momento en que los periodistas, con paradójica e involuntaria ironía, y como si quisieran curarse en salud del mismo sistema de banalización e intrascendencia a que los lleva su oficio, adornan su producción con adjetivos como «histórico», «trascendental» y «sin antecendentes», en parte porque la memoria de la que viven es breve, ignorante, aconceptual y fenoménica, y en parte porque necesitan volver a despertar permanentemente la atención de un proletariado intelectual de lectores abúlicos, convencerlos de repetir la compulsión de consultar el diario cada día. Sin duda, hay que preguntarse si es el periodismo el que destruye la historia o meramente refleja esta destrucción; si la historia misma no se ha vuelto periodística, mecánica y cuantitativa (en cuyo caso el periodismo sería su espejo fiel y funcional, a lo sumo un auxiliar privilegiado de sus medios de reproducción) y fundamentalmente debe aclararse una división metodológica: si se cree en un concepto de historia como universal, con sentidos, procesos, organicidad y lógica propias o si se la considera como un mero receptáculo de hechos. La posición de este artículo es la primera: si la posición del lector es la segunda, abandone la lectura y vaya a comprar el diario.
Creado con el generador de avatares de Los Simpson
Con motivo del estreno mundial de la película, cientos de medios en español hablan de «Los Simpsons», cuando en realidad se debería hablar de «Los Simpson», ya que en nuestro idioma los apellidos no tienen plural: se dice «Los Campanelli» y no los «Los Campanellis», «Los Pérez García» y no «Los Pérez Garcías», «Los Soprano» y no «Los Sopranos»…
XX ya había estado nominada en «Gran Hermano Famosos», Clarín fue el único medio que nos lo contó en su momento. Pero ahora XX tuvo su reivindicación: solo Clarín vuelve a contarnos que ayer resultó ganadora de «El circo de las estrellas». ¡Felicitaciones XX, persevera y triunfarás!
El Día del Amigo pasado preguntaba si los amigos virtuales son amigos. Esta vez, leyendo en blogs y diarios (supongo que pasará algo similar en la radio y la tele) el modo en el que todos recuerdan a Fontanarrosa me pregunto si uno puede considerar amigo a un famoso, a alguien a quien nunca se conoció más allá de su obra o de los medios.
Elogiar a un muerto es natural. Pero Roberto Fontanarrosa está en la categoría de «los incuestionables», esos pocos personajes públicos de los que nunca nadie habló mal, ni como persona ni como profesional. Pero, a pesar de eso, el sentimiento no era respeto, sino cariño.
Cuando un chiste descubre lo que pensábamos (pero ignorábamos) y encima nos hace reir o sonreír; cuando leemos un cuento que transcurre en un bar y nos sentimos parte de esa mesa de amigos y hasta queremos opinar; cuando un libro parece hablado más que escrito, y necesitamos leerlo en voz alta a otro amigo… del otro lado tiene que haber algo más que un escritor o un dibujante.
Por eso, si solo nos cruzamos con él en esos segundos que le regalaba a cada lector en la cola de la Feria del Libro mientras dibujaba a Mendieta, ¿por qué nos pone tan tristes su muerte?
«El origen de los chistes orales generalmente es un misterio, nadie sabe de dónde salen. A mí me cuentan chistes míos sin saber que son míos. Una vez, estando en la cancha, escuché que un muchacho le contaba a su amigo un chiste que yo había hecho como si fuera una anécdota real. Ese tipo de situaciones me hacen gracia.»
(Roberto Fontanarrosa)
El blog «Partido al medio» hizo un análisis del oficialismo (o mejor, la ausencia de temas conflictivos para el Gobierno) de Televisión Registrada. Incluyó en las observaciones una crítica al crítico invitado de este sábado, Juan Pablo Varsky:
Para volver a lo cotidiano de este blog, no obviamos contarles que el crítico invitado de TVR fue Juan Pablo Varsky, quien tras meter absurdos comentarios del tipo «el asesinato de María Marta fue el día de mi cumpleaños», de la manera más diplomática posible les dijo a los conductores de Gvirtz lo que pensaba: «me hubiese gustado ver más presencia política. El momento es muy especial. Crisis energética, Miceli, Picolotti. Así que pegarle a Menem y Rodríguez Saá es el blanco fácil. Ellos ya no tienen influencias». Muy cierto es esto último, tan cierto como el asqueroso kirchnerismo del programa de Gvirtz.
Entre los interesantes comentarios a la entrada aparece uno firmado por JPV:
La referencia al día de mi cumpleaños fue absolutamente periférica y hecha casi al pasar al final de mi comentario, como una curiosidad. Antes había dicho que se trataba de un drama privado en el que lo más grave pasaba por la responsabilidad de un funcionario público como el fiscal Romero Victorica. Al Horno, no me molesta que me critiques. Estoy en la bolsa y cometo errores como cualquiera. Sí me desagrada que lo hagas sin fundamentos y sesgando tu análisis. O sea, haciendo exactamente lo mismo que criticás de TVR. Un abrazo, JPV
Para el Mundial de Alemania, el sitio de La Nación armó un blog donde uno de los autores era Varsky. Su primera entrada lleva el provocador título «Nunca escribiré un blog» y acumula 137 comentarios. Allí decía:
Menos mal que nunca dije que nunca escribiría en un blog. Una afirmación tan tajante como esa y estas primeras palabras para La Nación me habrían generado una contradicción muy fuerte, ideal para otro tipo de TVR (Texto Virtual Registrado). Pero sí puedo decir que no me gustan, sobre todo aquellos que se dedican a criticar indiscriminadamente a los medios y a sus protagonistas. Esa posición de outsider-me las sé todas-no paro de hablar de mí-soy un gran observador de la realidad- me genera bronca. Vanidosos y egocéntricos, los bloggers que se dedican a la todología y desprecian a todo periodista conocido me molestan como una mosca en pleno almuerzo. Gracias a este blog, pude decir lo que me pasa con los blogs.
La primera lectura de su diagnóstico obliga a darle la razón. La segunda lleva a preguntarse si los periodistas de los medios tradicionales no tienen esa misma actitud autosuficiente con sus colegas (off the record, ya que sus nombres no les permiten hacerlo en público). Y por qué a Varsky le generan bronca. No lo aclara. ¿Cuál es el problema de criticar indiscriminadamente a los medios si los argumentos son sólidos? ¿Escribir en primera persona es, necesariamente, ser vanidoso y egocéntrico? ¿Por qué los periodistas conocidos pueden despreciar a los bloguers en su conjunto y no al revés?
Varsky esconde el «voto calificado» en su razonamiento: solo los pares están en condiciones de criticar. O para usar una metáfora futbolera acuñada por Adrián Suar, «A ver, vos, ¿cuántos goles hiciste?¿Ninguno…? Entonces calláte; si no sabés lo que es hacer un gol, calláte».
Una de las ventajas de los blogs es que permiten el diálogo. Un diálogo entre el autor y sus lectores que, en los espacios sin moderación, superan a los medios tradicionales en la horizontalidad. Esta soberbia del bloguer puede matizarse, suavizarse y hasta revertirse con las otras voces que se van agregando a su opinión. Este sistema fue el que le permitió a él aclarar su posición sin tener que pedirle permiso a nadie para difundirla. Y a la vez la única vía para los espectadores defraudados por TVR de dar a conocer sus opiniones. Es que en los blogs todos somos «críticos invitados».
De a poco los diarios digitales van llenando de iconitos el pie de cada noticia: votar, enviar a Menéame, cambiar el tamaño del texto, mandar por email, comentar, imprimir…
El diario El Mundo incorporó un ícono que habrá que ver si el resto de los diarios se atreve a imitar:. Este botón permite enviar desde cada nota rectificaciones al contenido. Conduce a un formulario que clasifica la errata en cinco categorías: error ortográfico, rectificar la información, completar el contenido, opinión y «otros motivos».
Las recticaciones son luego publicadas en una página especial ordenada por fecha. Allí se lee, por ejemplo:
22 de junio de 2007. Una información en la sección de Ciencia sobre los efectos del cambio climático en las cigüeñuelas se ilustró por error con una fotografía de cigüeñas.
o
22 de junio de 2007. En una información sobre la marcha del orgullo gay celebrada en Jerusalén se dijo que uno de los manifestantes iba cubierto con la bandera griega, cuando en realidad era de Israel.
Si vamos a esas notas, veremos que ya hay una cigüeleña en la primera y que el epígrafe ahora habla de una bandera israelí. O sea, los errores se corrigen.
Mientras tanto, en Clarín, esta nota de hace casi un mes y medio sigue con este error.
Dos servicios de Google que se acaban de lanzar son de utilidad para periodistas y otros profesionales de la información: un agregador de imágenes informativas y un diccionario multilingüe.
Google News, el agregador de noticias del buscador, lanzó su «Versión de imagen» para Australia, China, Canadá (inglés y francés) y Estados Unidos (inglés y español).
Cuando se posa el puntero del mouse sobre una foto, la columna de la derecha destaca la noticia correspondiente. Se puede acceder a la fuente original desde la foto o desde el texto.
A pesar de que no existe aún la versión para España, México o Argentina, las noticias y las fuentes que se muestran no se limitan a medios norteamericanos en español.
Esta página se actualiza varias veces por día y coincide con la actualización de la versión estándar.
Si se hace una búsqueda, los resultados serán gráficos. Por ejemplo, esta pantalla corresponde a la palabra «kirchner»:
La otra novedad es también una mejora de un servicio ya existente: el traductor de páginas web y textos agrega ahora la posibilidad de consultar equivalentes de palabras en otros idiomas. Este diccionario ofrece por ahora traducciones de y hacia el inglés del español, francés, alemán, italiano y coreano.
Este es un ejemplo de la palabra «feature» traducida del inglés al español:
En los resultados se ofrecen las distintas acepciones de la palabra, ejemplos de uso en el lenguaje original y traducidos y otros idiomas en los que existe la misma palabra.