Cuando hablo de amigos virtuales me refiero a aquellas relaciones que conocimos a través de Internet (foros, Mensajería Instantánea, chats, blogs, etc.) y que nunca vimos en persona, más allá de que vivan en la otra cuadra o en el otro hemisferio.
Se me ocurren argumentos a favor y argumentos en contra.
Los amigos virtuales no son amigos porque…
… como dice Gabriel Shultz, para que alguien sea tu amigo de verdad, tiene que haber conocido tu casa.
… nunca sabremos si están armando un personaje o son ellos mismos.
… cuando les hacemos alguna confesión ignoramos si se ríen a carcajadas, se quedan estupefactos o están mirando la tele.
Los amigos virtuales son amigos porque…
… como dice Dolina, a veces uno puede tener más puntos de contacto con alguien que está a kilómetros de distancia que con alguien que está en la habitación de al lado.
… uno puede ser más sincero con otra persona («más uno mismo») cuando no tiene que mirarlo a lo ojos (pensemos en el confesionario y en el diván).
… en una amistad (como en una pareja) las «reglas» se hacen de a dos, y nada más que de a dos. Si para esas dos personas la amistad funciona, entonces funciona.