No estoy interesado en complacer a los intelectuales escribiendo crítica literaria, porque la crítica literaria como arte en estos tiempos tiene un alcance demasiado estrecho y un público demasiado limitado, lo mismo que la poesía. [..] El público lector es intelectualmente adolescente en el mejor de los casos, y es obvio que lo que se llama "literatura significante" podrá vendérsele a este público por los mismos métodos que se usan para venderle pasta dental, purgantes y automóviles. Es igualmente obvio que dado que a este público se le ha enseñado a leer por fuerza bruta, querrá, en los intervalos entre los esfuerzos con los últimos bestsellers "significantes", leer libros que sean divertidos y excitantes. De modo que, como todo público a medias educado de todos los tiempos, se volverá con alivio hacia el hombre que le cuente una historia y nada más. Decir que lo que ese hombre escribe no es literatura es como decir que un libro no puede ser bueno si provoca ganas de leerlo. Cuando un libro, cualquier clase de libro, llega a cierta intensidad de realización artística, se vuelve literatura. Esta intensidad puede ser cuestión de estilo, de situación, de personajes, de tono emocional, o idea, o media docena de otras cosas.
Categoría: cultura
Tengo una queja para presentar, y es vieja: el frío silencio y la paralización que sobrevienen cuando aparece algo que no está bien o no es oportuno. Me lastima y me lastimará siempre. No se necesitan semanas para decirle a alguien (aun por el más lento de los correos) que su artículo está mal, cuando puede decirle en cuestión de días que está bien. Los editores no hacen enemigos por rechazar manuscritos, sino por el modo en que lo hacen, por el cambio de atmósfera, la postergación, la nota impersonal que se arrastra.
El blog Boinkology lo considera "el mejor regalo para estas fiestas". Se trata del libro de cocina "Natural Harvest". Aquí algunas de las delicias de sus páginas:
Tal como se explica en el sitio web oficial, el ingrediente común a todas las recetas es el semen.
El recetario se consigue en Lulú a 25 dólares.
¡Buen provecho!
En un esfuerzo por contribuir al engrandecimiento de nuestra Argentina, desde este humilde espacio proponemos un sistema para que los adolescentes incorporen los conocimientos matemáticos con facilidad y entusiasmo.
Lejos de tomar al poco sexy Adrián Paenza como ejemplo, sugerimos elegir un problema matemático que apele a modelos a seguir por las alumnas y, a la vez, objetos de admiración de los alumnos: las vedetongas.
En la siguiente operación matemática se sumarán los apellidos de Alejandra Pradón, Jessica Cirio, Julieta Prandi, Mariana Diarco, Marianela Mirra y Wanda Nara, para obtener como resultado el apellido de Valeria Archimó:
PRADON + CIRIO + PRANDI + DIARCO + MIRRA + NARA = ARCHIMO
A cada letra le corresponde un número del 0 al 9. Por ejemplo, como ayudita, la R en este ejercicio es un 8. Hay que descubrir qué número le corresponde a cada letra para que el resultado de la suma sea válido.
Para deducirlo mejor, acá va en vertical:
Hay una sola solución posible ¿Alguien se anima a resolverlo?
Hace un tiempo leí que la revista Good había elegido las mejores 51 revistas. Me alegró que figuraran tres de mis favoritas en el top ten: Spy, Mad y Colors. En el post de Visualmente se proponía elegir el equivalente para Argentina. Pero nadie propuso ninguna.
Desde acá decidí recoger el guante y armar un listado con las 30 revistas de Argentina que merecen pasar a la historia. El criterio para elegirlas no fue único. Puede ser su influencia, la originalidad de su propuesta y/o la calidad de sus redacciones. La selección no abarca revistas que no haya leído alguna vez, por lo que predominan las de los ’60 a la actualidad. Tampoco figuran aquellas inspiradas, afanadas o compradas a publicaciones extranjeras (Hombre, Caras, Newsweek respectivamente).
Hay una nueva versión de este listado acá
El orden es ascendente, de la última a la primera:
30- Todo es historia
29- La Semana / Noticias
28- Pelo
27- Barcelona
26- Con V de Vian
25- Caín
24- Expreso Imaginario
23- El Amante
22- Humor & Juegos
21- El Observador
20- El Péndulo
19- Emanuelle
18- La Hojita
17- El Periodista
16- Magazine
15- Sur
14- Fierro
13- Diario de Poesía
12- Gente
11- La Maga
10- La Urraca
9- El Gráfico
8- Humor Registrado
7- Crisis
6- Humi
5- El Porteño
4- Perfil (la revista de los ’80, no el diario bisemanal actual)
3- Satiricón
2- Veintiuno
1- Primera Plana
Acepto quejas, errores y omisiones…
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José Pablo Feinmann ya había alzado su voz hace unos meses: «Detesto el bloc, te lo digo. Estoy en contra del bloc. No hay pelotudo que no tenga un bloc y ponelo en negrita. No entro en un blog así nomás».
Ahora se suma a su queja otro Escritor Famoso, que considera a los autores de blogs «peste de occidente que corroe todo lo bueno y bello de nuestra civilización como una marejada de nauseabundo pus intelectual, vómito ensangrentado de mierda en moto salido de las mentes menos preparadas de nuestra época y habría que mandarlos a todos a un centro clandestino de detención y dejarlos ahí para que se mueran de hambre».
Feinmann, que también odia a la tv, relató su negativa experiencia con los blogs: «Saqué una nota cuando murieron Bergman y Antonioni contra Bergman y Antonioni diciendo que eran tediosos y un tipo me mandó un foro donde todo el mundo… el deporte de putearme. Tan fácil, así, el insulto, tan fácil. Y después, como le contesté al tipo, se puso en la gloria: ‘¡qué honor que me contestó!’. ¿Cómo? ¿No era que yo era un tarado, un imbécil, un pelotudo?».
Al P. le pasó algo parecido:
¿Y cómo fue que descubrió ese mundo tan bajo y sórdido de los “blogs”?
P: Fue por completa casualidad, imaginate que a un hombre de mi trayectoria esos sucedáneos de las revistas pseudoliterarias para adolescentes con problemas de aprendizaje mucho interés, más que el antropológico, no le pueden despertar. Pero en cambio sí creo que hoy por hoy internet es una herramienta fundamental, y justamente estaba buscando en internet una cosa, no importa qué cosa, una cosa personal, algo de trabajo, no me acuerdo bien de qué era y aparte no importa, es completamente anecdótico lo que buscaba, a esta altura ya es secundario, cuando caigo accidentalmente en uno de estos “blogs”.
El “Blog de una colegiala con bragas sucias”.
P: Sí, ese. Caigo ahí, completamente de casualidad. Entonces me pongo a leer el “blog” -porque mencionaba un par de cosas que me parecían interesantes para la investigación que estoy haciendo- y pronto me doy cuenta que el texto nada que ver con el título, ni con las fotos. Eran como unas poesías de amor, en fin, nada que ver. Así que cuando vi que existía la posibilidad de dejar comentarios decidí hacerles una crítica constructiva y les aconsejé que no anden haciéndole perder el tiempo a la gente con falsas ilusiones.
¿Tuvo alguna repercusión su comentario?
P: Y, sí, imaginate que llega alguien de mi nivel, de mi trayectoria, para estos pibes que hacen “blogs” es casi como si los visitara Dios. Y hay mucho iconoclasta dando vueltas. Mucho pibe que para autoafirmar su personalidad necesita derribar un ídolo. Así que me empezaron a poner una serie de cosas feas. A mí. Un autor consagrado.
¡Qué espanto, Maestro! No diga más.
P: Y, no, prefiero no repetirlas, no vale la pena.
¿Qué tipo de cosas, Maestro?
P: Cosas, cosas feas. Me parece que no vale la pena y además es de público conocimiento.
Bueno, eso es cierto, acá tengo una impresión con los comentarios del “blog”, que a partir de sus declaraciones empezó a recibir 4.567.000 visitas diarias. Acá está todo.
P: Por eso, por eso. No le hagamos publicidad gratis a estos delincuentes.
Por ejemplo, “Viejo jeropa, qué te pasa, ya no te podés levantar pibas de la facultad que…”
P: (Se pone colorado) Por favor, por favor. Me parece que esos epítetos ya se han repetido y republicado infinidad de veces en los medios de comunicación, inclusive en diversos programas de televisión. En horario central.
Lean el resto de la entrevista-denuncia acá.
Con motivo del día del periodista, FOPEA recomienda
rechazarse los regalos y atenciones que pudieran ofrecerse como resultado de su trabajo o sus conexiones profesionales. Corresponde devolver al remitente los regalos con una explicación sobre los principios de ética periodística que impiden aceptar cualquier tipo de retribución de terceros.
aunque con una salvedad
Podrían exceptuarse de esta regla los obsequios de cortesía, siempre que su valor no exceda los 30 dólares estadounidenses.
Por eso, para que los empresarios desinteresados puedan homenajear a los representantes del Cuarto Poder en su día, es que este blog sugiere algunos obsequios originales por debajo del tope fijado por FOPEA:
Para periodistas lectores
El de los periodistas es uno de los últimos oficios que todavía mantiene esa extraña conducta de mover páginas de derecha a izquierda. No es una regla general: Fantino, Andino, Polino y seguramente otros colegas terminados en «ino» constituyen numerosas excepciones. Pero, aunque no les guste la lectura, recibirán de buen grado alguna de las recomendaciones que hace el sitio listanity, de diez libros locos desconocidos:
2. Cómo tener sexo en los bosques
4. Cómo empezar tu propio país
5. Cómo ser feliz aunque estés casado
7. Cómo perder amigos y enajenar a la gente
8. Cómo convertirse en esquizofrénico
10. Manual práctico para hablar con los muertos
¡Y cuestan menos de 30 dólares!
Para futuros periodistas televisivos
Si le interesa ser un periodista famoso pero le falta carisma, nada mejor que recibir para este día un Smile On A Stick, un presente de apenas dos dólares y medio. Se trata de un palito que tiene en su parte superior una boca sonriente o adusta para reemplazar a la propia ante cámaras:
Así, si su ejemplo de periodista es Andy Kustnezoff, Mario Pergolini o Bambino Veira, preferirá recibir este modelo:
Si, en cambio, le interesa emular a Santo Biasatti, Joaquín Morales Solá o Gustavo Sylvestre, rece para que le obsequien este:
Para la vieja guardia
Si el regalo es para un periodista cercano a la jubilación, pero que se empeña sin éxito en adentrarse en las nuevas tecnologías, nada mejor que invertir 3,99 dólares en este Paper Email:
De esta manera, la transición hacia el periodismo digital no será tan brusca y puede ir practicando cómo se llena un email con este simpático anotador. Una vez que logró llenarlo sin problemas, es hora de pasar a la próxima lección: cómo encender la computadora.
Para vagos
En el ADN de todo periodista está escrita su adicción a la cafeína. Regalar una taza no sería lo suficientemente original para este post. Por eso, si el destinatario del regalo es muy perezoso o está siempre demasiado ocupado, por casi 20 dólares se le puede regalar una taza que se mezcla a sí misma. Play en el video para verla en acción:
Separar qué libros leer y cuáles no conlleva, además de un ahorro de tiempo, un ahorro de dinero. Las selección en la mesa de la librería puede ser por el autor, la tapa, el precio o referencias externas como una crítica o una recomendación. Los editores creen que las solapas son un elemento importante a la hora de concretar la compra. Pero elegir a un autor por el único pedazo de texto que no escribió no parece una decisión muy sensata.
Hay que leer al autor. ¿Pero qué parte? ¿el comienzo del libro? ¿los agradecimientos? ¿la dedicatoria? Nada de todo eso es indicativo de la calidad del texto. Está claro que tampoco vamos a leer el final. La mayoría abrirá una página al azar y se dejará llevar. Pero hay alguien que pensó seriamente en el asunto.
Marshall McLuhan propuso la regla de la página 69. Asegura que sea cual fuere el libro que elijamos, la lectura de la página 69 nos dará la pauta de si el libro vale o no la pena. ¿Por qué justo esa página? Jamás lo aclaró. Pero en la web hay varios blogs que postean páginas 69 de distintos libros para que los lectores las juzguen. El más conocido está enteramente dedicado al tema: The Page 69 Test, que ya puso la sexagésima novena página de casi 300 libros en inglés.
Pero todavía no podemos cantar victoria creyendo que tenemos la regla de oro. Ford Madox Ford tiene una teoría diferente de la de McLuhan: «Abra el libro en la página noventa y nueve y lea, y la calidad del todo le será revelada». Por supuesto, también existe un blog para los seguidores de esta teoría: The Page 99 Test, con poco más de 200 libros analizados.
¿69 0 99? Aquí se comparan ambas páginas en varios libros y se le da la razón a la regla de McLuhan.
Lo que no me gusta de estas dos reglas es que no tienen en cuenta la extensión del libro. La página 99 en un libro breve de ficción está cerca del desenlace, mientras que en un libro grande puede estar en el primer tercio. Y ni que hablar para un libro con 98 páginas.
Me animo no muy convencido a sugerir la regla de los dos quintos (2/5), más complicada, pero también más rigurosa. Es decir, se multiplica la cantidad total de páginas por 0,4 (o se la multiplica por 2 y se la divide por 5) y se abre en esa página. Así, para un libro de 300 páginas, leamos la 120 a ver qué pasa. Ya transcurrió un 40 por ciento…
Prueben las tres reglas y después me cuentan.