«Sé lo más intrincado, controvertido, rebuscado y onírico. Ese es el punto de partida. Después, el resto del trabajo consistirá en ver cómo salir del rebusque y hacerlo diáfano. Pero jamás empieces con una idea diáfana, porque son las más insustanciales.» (Nicolás Testoni)
Categoría: citas
Aguas tormentosas conducen a buen puerto
«Sin excepción, todo el trabajo teórico que hice y llegó a algo importante, nació de la controversia. En aquellas raras ocasiones en que un resultado científico enciende llamas de pasión, casi siempre es porque la teoría es correcta. Las teorías equivocadas no amenazan a nadie, por lo que no provocan nada más que bostezos.» (Robert Laughlin)
El pez por la boca muere
«Denme seis líneas escritas por el hombre más honesto y yo encontraré en ellas una excusa para ahorcarlo» (Cardenal Richelieu)
Malditos light
«Hoy día los escritores se han vuelto prosaicos, van a la TV a hablar de política. Al verlos me pregunto cómo puede ser que sigan naciendo vocaciones literarias. Porque en la década del 60 todavía la vida del escritor era un poco misteriosa, y se cultivaba ese misterio. También es cierto que Pizarnik, como otros, tampoco tenían demanda; nadie los llamaba para hacerles reportajes. El año pasado cuando murió mi querido amigo Héctor Libertella, el último que quedaba de esa rama de los que prefieren morirse antes de entregarse al sistema, vivir en la miseria antes que ir a trabajar. Hoy día todos los escritores, hasta los que posan de poetas malditos, tienen casa, auto, pagan los impuestos, mandan a sus hijos a colegios privados. Y Libertella, lo mismo que Pizarnik u Osvaldo Lamborghini, decidieron morir, si era necesario, a ir a trabajar a una oficina. Pero es un cambio histórico social. Yo mismo soy un pequeño burgués. Siempre pago los impuestos, siempre trabajé. Soy un caso extremo para el otro lado.» (César Aira)
Lazos de sangre
«El fracaso de la izquierda revolucionaria de los ’60 y ’70, mediado por el genocidio y el desastre, dio lugar a un espacio público cuyas referencias más relevantes fueron Madres que buscaban a sus hijos, luego Abuelas que buscaban y aún buscan a sus nietos, y finalmente Hijos que pelean por la identidad y la justicia. Esto no deja de ser paradójico si pensamos que muchos de los hijos de esas Madres y de los padres de esos Hijos leían La muerte de la familia, de Cooper, y buscaban sustituir una sociedad patriarcal y jerárquica por una sociedad fraternal en ruptura con la organización familiar, en la que el nacimiento, la herencia y la sangre no contaran.» (Diego Tatián)
La paradoja de los diarios
«A menudo me pregunto por qué los editores de diarios y periódicos latinoamericanos se empeñan en despreciar a sus lectores. O, mejor, en tratar de deshacerlos: en su desesperación por pelearles espacio a la radio y a la televisión, los editores latinoamericanos suelen pensar medios gráficos para una rara especie que ellos se inventaron: el lector que no lee. Es un problema: un lector se define por leer -y un lector que no lee es un ente confuso. Sin embargo nuestros bravos editores no tremulan ante la aparente contradicción: siguen adelante con sus páginas llenas de fotos, recuadros, infografías, dibujitos. Los carcome el miedo a la palabra escrita -y creen que es mejor pelear contra la tele con las armas de la tele, en lugar de usar las únicas armas que un texto no comparte: la escritura. Por eso, en general, les va como les va; por eso, en general, a nosotros también.» (Martín Caparrós)
Las serias reglas del humor duradero
«Creo que el secreto [de que Les Luthiers se haya mantenido unido tantos años] está en tener reglas de juego claras y observarlas. Y ellos hicieron eso, las respetaron en la medida en que funcionaban, pero también pudieron modificarlas cuando fue necesario. En otra época había derecho a veto: si a uno no le gustaba una canción, esa canción moría. Luego acordaron un cambio y empezaron a decidir por mayoría. Más democrático; puede pensarse que menos riguroso, que podían estar sacrificando un poquito de calidad, pero tampoco garantizaba eso la opinión de uno solo entre todos. He pasado mucho tiempo con ellos, compartiendo almuerzos, comidas, mujeres, y son muy respetuosos. Son amplios en lo grupal y también en lo individual y esto les ha permitido manejar la cuestión. Y además son muy sinceros, algo peligroso en países latinos, porque no se estila. Entonces no hay problema en que uno diga ‘mira, me parece muy malo esto que has planteado’. Y no pasa nada, se lo bancan bien.» (Daniel Samper Pizano)
Soñar con otra cabeza
«Hay gente a la que le gustan las películas que se entienden y hay gente a la que le gustan las películas que dejan espacio para que el espectador sueñe. A mí me gustan las que permiten soñar. La comprensión intelectual no tiene más importancia que la posibilidad de sumergirse en cada escena separadamente. Me encanta enamorarme de una idea y ver cómo se transforma en cine, qué va haciendo con esa idea el proceso de filmación.» (David Lynch)
Contar con la boca, no con los ojos
«Mucha gente, y no pocos escritores, creen que la narrativa -novela, nouvelle , relato, cuento- se ocupa de contar historias. Y si bien es cierto que en general la narrativa parece contar historias, nada está más lejos del arte de narrar que una buena crónica de acontecimientos: el arte narrativo no cuenta historias sino maneras de contarlas.
Sin embargo, la consigna ‘hay que contar historias’ periódicamente vuelve a remover las aguas estancadas de nuestra narrativa. Generalmente procede de escritores y críticos naif , esa clase de gente que en el siglo XVI le habría recomendado a Cervantes animar gigantes y dragones, contar victorias de un apuesto y joven caballero y eludir sus farragosos prólogos para adecuarse a las historias que la gente prefiere leer.» (Fogwill)
El que busca, no necesariamente encuentra
«Spinetta supo hablar de cuestiones más concretas (‘Me gusta ese tajo’, ‘Resumen porteño’), así como García incursionó en lo existencial (‘Desarma y sangra’), pero no se equivocó Pedro Aznar al tildar al primero de introspectivo y al segundo de cronista. En otras palabras: mientras que Spinetta está atento a buscar, García está atento a encontrar.» (Eduardo Berti)