Como Olmedo en su momento, Tinelli logra unir en su contra a lo políticamente correcto con lo políticamente incorrecto. Estos dos extremos suelen detestarse y es raro que encuentren coincidencias. Salvo en este tipo de programas.
Mientras que a Olmedo lo condenaban La Nación por un lado y Satiricón por el otro, Tinelli es tachado por Pablo Sirvén desde el lugar de la corrección política y por Mario Pergolini desde lo políticamente incorrecto. Uno desde la indignación, el otro desde la burla. A Sirvén le molestan «los planos de los glúteos». Pergolini pidió que, ya que participa un ciego, se les dé también lugar «a los mogólicos». Un extranjero que leyera tanto repudio diferente sobre un mismo programa concluiría en que no lo ve nadie. Pero es el programa más visto de la tv.
El año pasado Sirvén en La Nación editorializó a favor de no darle tanta cobertura a los nominados y sentenciados de este tipo de concursos. Pergolini, también en 2007, aseguró en lo de Majul que no hablaría más de Tinelli. Este año ninguno de los dos pudo cumplir sus deseos y tuvieron que volver a ocuparse de Showmatch.
Por eso, y para que no se queden afuera de «Bailando por un Sueño», este blog, tecnología digital mediante, los hace participar a ellos también. En esta primera ronda Sirvén baila swing con su soñadora de Barrio Norte que quiere comprarse una nueva olla porque la anterior se le abolló con los cacerolazos contra Cristina Kirchner.
El video tarda bastante en cargar, por lo que recomiendo poner play y, apenas arranca, poner pausa para esperar a que termine de cargar y verlo completo sin cortes. ¿Qué puntaje le pondrá Lafauci?
La próxima semana, Pergolini baila tango.