Autor: Diego Rottman

«Se dice que dentro de unos años la gente podrá votar desde su casa a través de su computadora. Tengo miedo de que ése sea el último paso para la conversión del espacio privado en espacio público. Puede ser el colmo de la ilusión, porque la ilusión es que todo pasa a través de las pantallas. El conocimiento que tenemos es el conocimiento de las imágenes y los mensajes concebidos para la pantalla. Es decir que hay una distorsión. Podría resumirlo en dos palabras: el espacio del público sustituyó el espacio público.» (Marc Augé)

– ¿Que es lo más importante que tiene para enseñarle a sus hijos?

– Yo les pido que no sueñen con pequeñeces como ejercer esta u otra profesión. Cuando eran chicos, yo los llevaba al balcón de esta casa, desde donde se ve el Cristo Redentor y les pedía que miraran la colina. Entonces les preguntaba: ¿Cuántos tonos de verde ven? Y ellos rápidamente me contestaban «tres» o a veces tardaban un poco más y finalmente gritaban «¡cuatro!». Entonces yo les decía: «cuando logren ver 350 verdes van a ser felices». El objetivo de la vida no es ganar dinero, comprar una casa o un auto; el objetivo de la vida es ver las cosas, tocar, olfatear, sentir. (Egberto Gismonti)

– ¿Cuál es su idea de Dios?

– El día que me encuentre con Él cara a cara se lo diré. Por ahora, no me lo pregunte. ¿O es que podría usted preguntarle sobre Bach a una mosca? (Juan Filloy)

«Un economista es un experto que sabrá mañana por qué las cosas que predijo ayer no han sucedido hoy.» (Ronald Reagan)

«Los emigrantes son desesperados, gente que se han cansado de tanto esperar y que, ya sin esperanza, huyen. Pasan los años. A algunos les va bien, a otros no tanto. Pero todos siguen, mal que bien, lo confiesen o no, con las raíces al aire. Los que vamos al dentista sabemos que las raíces al aire duelen.» (Eduardo Galeano)

«Elijo vivir en Montevideo porque es una ciudad donde todavía se puede respirar y caminar. Los dos derechos humanos más elementales, que la civilización moderna nos niega. Montevideo sigue siendo afortunadamente prehistórica. Ojalá siga.» (Eduardo Galeano)