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Remeras de último momento

CNN ofrece un servicio para «vestir una noticia». En algunos titulares de su sitio web, puede verse un iconito de una camiseta:

Haciendo click en el ícono de la noticia que nos interese, vamos a una página que generará una remera con el titular elegido y la hora en que se publicó en CNN.com:

Se puede elegir el color, tamaño y estilo (para hombre o para mujer) de la prenda y, una vez pagados los 15 dólares más costos de envío que cuesta, recibirla en nuestros hogares.

Todo muy lindo, pero yo quiero una remera con este titular.

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La revista de Tinelli fracasará

Después del éxito de la revista de Susana Giménez, Marcelo Tinelli tendrá una revista con su nombre. La tendencia es afín al copamiento que vienen haciendo los famosos de la tele en la radio (Gino Renni, Federico D’Elía), la web (Rial, Mauro Viale) y los libros (Sebastián Wainraich, Eduardo de la Puente). Ahora es el turno de las revistas.

Casi nadie puede tener una revista con su nombre. Por tener desde hace años uno de los programas más vistos, Tinelli parece un buen candidato para esta misión. Pero no lo es.

Para empezar, el nombre de la publicación, «Marcelo». Susana Giménez es Susana, pero Tinelli no es Marcelo, es Tinelli. Además, «Susana» suena como nombre para una revista femenina, pero «Marcelo» suena a canción de Raffaella Carrá, de ningún modo evoca a una revista para hombres (heterosexuales).

Susana tiene fans y seguidoras que consumen todo lo que lleva su nombre. Pero nadie en su sano juicio puede definirse como «fanático de Tinelli». Puede gustar como conductor, divertir, pero fan, lo que se dice fan de Tinelli, no es nadie. No es Sandro.

La vida privada de Susana Giménez interesa: Monzón, Roviralta, Cacho Castaña, Corcho Rodríguez, Jazmín y siguen las firmas. La vida privada de Tinelli (la que se puede difundir en una revista con su nombre) no emociona a nadie: Soledad Aquino y Paula Robles, un padre de familia ejemplar.

La carrera de Susana excede la tv, con grandes éxitos en cine y teatro, no así Tinelli, que sólo tuvo notoriedad con Videomatch/Showmatch.

La imagen de Susana todavía se conserva dosificada. Trabaja seis meses al año y aparece en pantalla cinco horas por semana. El programa de Tinelli dura nueve meses y abarca el total de la programación de todos los canales, su cara está saturadísima como para que alguien decida pagar para seguir viéndola también en papel.

Sobre el producto en sí. No parece haber límite para las revistas femeninas, pero no pasa lo mismo con el mercado de revistas para hombres, «Tendencia» tuvo que venderlas en combo. Y eso es un fenómeno mundial. Tampoco esperemos ver minas totalmente en bolas en una revista de Tinelli porque atentaría contra su imagen familiar, el límite es el caño. Su único elemento diferencial podría ser convencer a famosas que hasta ahora no se habían sacado la ropa a que lo hagan, pero ya lo intentó Playboy y fracasó. ¿Va a ser otra revista más con el culo de Jessica Cirio en tapa?

«Susana» tiene un antecedente exitoso en el mercado norteamericano: «O», la revista de Oprah Winfrey. No hay ningún modelo equivalente a «Marcelo» en EE.UU.

Por último, el único intento similar al de «Marcelo» encarado por Tinelli fue la revista de «Bailando por un sueño». Y terminó cerrando.

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Otro referente de la cultura en contra de los blogs

José Pablo Feinmann ya había alzado su voz hace unos meses: «Detesto el bloc, te lo digo. Estoy en contra del bloc. No hay pelotudo que no tenga un bloc y ponelo en negrita. No entro en un blog así nomás».

Ahora se suma a su queja otro Escritor Famoso, que considera a los autores de blogs «peste de occidente que corroe todo lo bueno y bello de nuestra civilización como una marejada de nauseabundo pus intelectual, vómito ensangrentado de mierda en moto salido de las mentes menos preparadas de nuestra época y habría que mandarlos a todos a un centro clandestino de detención y dejarlos ahí para que se mueran de hambre».

Feinmann, que también odia a la tv, relató su negativa experiencia con los blogs: «Saqué una nota cuando murieron Bergman y Antonioni contra Bergman y Antonioni diciendo que eran tediosos y un tipo me mandó un foro donde todo el mundo… el deporte de putearme. Tan fácil, así, el insulto, tan fácil. Y después, como le contesté al tipo, se puso en la gloria: ‘¡qué honor que me contestó!’. ¿Cómo? ¿No era que yo era un tarado, un imbécil, un pelotudo?».

Al P. le pasó algo parecido:

¿Y cómo fue que descubrió ese mundo tan bajo y sórdido de los “blogs”?
P: Fue por completa casualidad, imaginate que a un hombre de mi trayectoria esos sucedáneos de las revistas pseudoliterarias para adolescentes con problemas de aprendizaje mucho interés, más que el antropológico, no le pueden despertar. Pero en cambio sí creo que hoy por hoy internet es una herramienta fundamental, y justamente estaba buscando en internet una cosa, no importa qué cosa, una cosa personal, algo de trabajo, no me acuerdo bien de qué era y aparte no importa, es completamente anecdótico lo que buscaba, a esta altura ya es secundario, cuando caigo accidentalmente en uno de estos “blogs”.

El “Blog de una colegiala con bragas sucias”.
P: Sí, ese. Caigo ahí, completamente de casualidad. Entonces me pongo a leer el “blog” -porque mencionaba un par de cosas que me parecían interesantes para la investigación que estoy haciendo- y pronto me doy cuenta que el texto nada que ver con el título, ni con las fotos. Eran como unas poesías de amor, en fin, nada que ver. Así que cuando vi que existía la posibilidad de dejar comentarios decidí hacerles una crítica constructiva y les aconsejé que no anden haciéndole perder el tiempo a la gente con falsas ilusiones.

¿Tuvo alguna repercusión su comentario?
P: Y, sí, imaginate que llega alguien de mi nivel, de mi trayectoria, para estos pibes que hacen “blogs” es casi como si los visitara Dios. Y hay mucho iconoclasta dando vueltas. Mucho pibe que para autoafirmar su personalidad necesita derribar un ídolo. Así que me empezaron a poner una serie de cosas feas. A mí. Un autor consagrado.

¡Qué espanto, Maestro! No diga más.

P: Y, no, prefiero no repetirlas, no vale la pena.

¿Qué tipo de cosas, Maestro?
P: Cosas, cosas feas. Me parece que no vale la pena y además es de público conocimiento.

Bueno, eso es cierto, acá tengo una impresión con los comentarios del “blog”, que a partir de sus declaraciones empezó a recibir 4.567.000 visitas diarias. Acá está todo.

P: Por eso, por eso. No le hagamos publicidad gratis a estos delincuentes.

Por ejemplo, “Viejo jeropa, qué te pasa, ya no te podés levantar pibas de la facultad que…”
P: (Se pone colorado) Por favor, por favor. Me parece que esos epítetos ya se han repetido y republicado infinidad de veces en los medios de comunicación, inclusive en diversos programas de televisión. En horario central.

Lean el resto de la entrevista-denuncia acá.

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A pedido del público

«En la profesión de escritor se principia haciendo encargos por necesidad y se termina haciendo encargos por vanidad. Quiere decirse que uno ya sólo cree, más o menos, en los libros de encargo.» (Francisco Umbral)

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Ahora en Política de La Nación citan a Bersuit

En el ’90 le escribí al amor
y la miseria me hizo callar
es que mi panza empezó a mandar,
fue insolente, perdonen
fue mi poesía un poco más vulgar,
no fue muy sabia, repetía una frase
que entonces controlé.

Lo vi a Fito sentado en un bar
con una Bic cargada de alcohol
es que su panza empezó a mandar
y le ordenó que se vaya,
estaba colgado, no podía coordinar
veía a los profetas nuestros vestidos de jinetes
cabalgando a otro lugar,
cabalgando hacia el final,
repetía la misma frase y un agente lo hizo callar.

En el 90′ canté rock and roll,
subterráneo fue mi color
aficionado a la marginación,
representaba unos pocos,
ellos coreaban su resignación,
que lindos días, rompíamos estadios cantando
la vieja oración.

2005 y me voy a pasear
con mi nuevo Ford Plutón,
seguramente al ex Luna Park
donde hay un shopping de decoración
ya mejoró mi condición social,
estoy casado, mi casa necesita muebles nuevos
volviendo a casa, vi a la gente del 90′
cantando la vieja oración,
yo me bajo de este auto
mi silencio fue traición,
las metáforas no sirven cuando muere la nación,
esos locos gritan, gritan como ahora grito yo.

Hijos de puta, hijos de puta.
Como nada puedo hacer, puteo
Hijos de puta, hijos de puta.

Cuando el silencio se gane un lugar,
como nada puedo hacer puteo
todas las llaves solo cerrarán,
como nada puedo hacer puteo
ya nuestras fuerzas no dan para más,
como nada puedo hacer puteo
hijos de puta, hijos de puta.

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Ocio en la oficina sin que el jefe se entere

¿Le interesa mejorar la productividad de su hueveo en el trabajo? ¿Quiere seguir navegando por esas páginas con fotos de modelos o videos de monos cantores pero teme que el jefe descubra que la empresa está pagándole a alguien para divertirse? Tenemos la solución a su problema.

Panic es un agregado para Firefox que le permitirá navegar cualquier sitio hasta que escuche los pasos de su superior acercándose. Ahí deberá presionar rápido dos teclas predefinidas. Acto seguido, se cerrarán todas las pestañas del navegador con mujeres a medio vestir y se abrirá una página respetable, por usted programada previamente, todo en un segundo.

NOTA: Esta extensión puede entrar en conflicto con algunas extensiones ya instaladas, que podrían no funcionar. En ese caso, deshabilite las otras extensiones o desinstale esta.

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Vivir muriendo

«Siempre nos estamos muriendo de a poquito. Porque cuando uno envejece, se le muere la gente que quiere, los papás, los abuelos, los hermanos, los primos, los amigos, y se le mueren las calles de la infancia. Con cada muerto que ha tenido que ver con la vida de uno, uno también se va muriendo. Morirse, en realidad, es acabarse de morir.» (Fernando Vallejo)

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Como usuario informático es un buen relator

«No sé que función cumple la tecla derecha del mouse, pero sé que para algo sirve» (Victor Hugo Morales)

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Lo que faltaba: el intelectual mediático

Primero aparecieron los mediáticos puros. Inútiles de diverso origen que se valen del escándalo, parentescos o alguna extravagancia para triunfar en los medios. El objetivo de hacerse famoso no repara en las vías para conseguirlo. Celebridades con llama que dura lo que un fósforo o, si tienen el ingenio para reincidir, lo que una caja de fósforos, son material descartable de la peor estofa que alimenta barato la tele de cada día.

Después fue la hora del periodista mediático. «La información es aburrida», es su credo. Cocinero inseguro de sus artes, decora el plato con la fe de enriquecer así sus sabores. Con una manzana en la mano, una escenografía o un disfraz apuesta a que si no interesa lo que dice al menos sea capaz de entretener. A diferencia de los mediáticos puros, se engaña a sí mismo y a sus seguidores, su frivolidad es peor. Pero de este modo se han construido largas y hasta prestigiosas carreras.

El tercero en llegar fue el documentalista mediático. Contra la definición de su trabajo, resignó su papel de observador y cruzó frente a la cámara para transformarse en protagonista. Se documenta a sí mismo demostrando su hipótesis, con lo que transforma al género en una verdad de perogrullo. Con la misma bandera que los otros mediáticos, su principal batalla es contra el tedio. La edición hace el resto: elimina lo que no seduce y muta sus acciones en actos heroicos.

Y ahora, el último bastión ha sido conquistado. Le llegó la hora al intelectual. El intelectual, que confía en la palabra como herramienta y en el argumento como construcción. El intelectual, que antepone la idea, que privilegia el pensamiento y hasta desprecia su banalización. El intelectual, que se sabe liberado del humor del rating para pensar. Ahora la pantalla también conquistó al intelectual. El nuevo intelectual mediático tiene su borrador en el lúcido Christopher Hitchens, que decidió alimentar a las audiencias con un show morboso. Se sometió a una prueba de «asfixia simulada» como la que practica la CIA para comprobar si es un método de tortura o, apenas, un sistema de interrogatorio extremo. Su hipótesis era esta última y, después de poner su cuerpo en la experiencia, admitió haber sido torturado.

La prueba tiene los mismos rasgos mediáticos que su variantes light: el subrayado de la primera persona, el entretenimiento, la falta de contexto y de motivos, la subordinación a la imagen. Pero empeorado, otra vez, porque elige un tema sensible como la tortura, lo frivoliza y lo subjetiviza. Así, el waterboarding no es «un modo de tortura», es tortura «para Hitchens». Alguien podría repetir su experiencia y sostener lo contrario. Este modelo de fundamentación in situ podría extenderse a la esclavitud o la pedofilia.

El mayor problema de que demostrar sea equivalente a mostrar es que se apela al teleespectador pretendiendo convecer al ciudadano. En el corazón de esa falacia está la verdadera perversión del intelectual más que en su vanidad o su ligereza.

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Rapidshare sin captchas ni demoras

Los grandes bajadores de la web pueden festejar. El gran baúl multimedia que es Rapidshare eliminó los captchas (últimamente unos gatitos pedorros con letras infames) y la demora entre descarga y descarga: ahora solo hay que esperar unos 40 segundos para volver a bajar otro archivo.

¿Afectará esto su base de usuarios pagos? Para no perder la fuente de sus ingresos, aseguran que bajará la velocidad de bajada de los que no paguen y lanzaron una promoción de tres días por 4,5 euros y otras ventajas para los usuarios premium.

Pero lo más probable es que con el tiempo terminen poblando la página de publicidad, sino volviendo a sistemas más restrictivos, sobre todo si se generalizan las descargas automátizadas con programas tipo RapGet.