Habrán leído que las celebridades están volcándose cada vez más a Twitter. Si hasta las estrellas porno cuentan su rutinaria existencia allí. Consciente de que no puedo perderme ninguna moda (todavía atesoro mis jeans nevados) decidí relatar a mis fans el minuto a minuto de mi vida. El proyecto fracasó cuando descubrí que no sólo no tengo fans, sino que tampoco tengo vida. Igual, los que quieran enterarse cuándo tengo turno con el dentista, pueden hacerlo acá.
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